Con sólo una frase de no más de tres líneas, Enrique Peña Nieto anunció ayer en Naciones Unidas el cambio más importante de las últimas dos décadas en la política exterior de México: participar -con cascos azules- en las operaciones de Paz de la ONU.

 

Este era un tema que se venía arrastrando desde hace 20 años por lo menos.

 

Discusiones a propósito de si México debía enviar soldados y/o policías a otros países, aun cuando esto fuera bajo el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y su misión fuera mantener la paz, no terminaban de convencer a una fuerte corriente de diplomáticos.

 

Mucho menos a los militares.

 

Unos y otros -diplomáticos e integrantes de las Fuerzas Armadas- rechazaron durante años lo que consideraban una “intervención” en otros países.

 

A duras penas, prácticamente bajo protesta de las corrientes más duras de la cancillería y del ámbito militar, Carlos Salinas de Gortari logró enviar 120 policías a El Salvador (entre 1992 y 1993) para apoyar a aquel país en su tránsito hacia la paz, luego de la firma de los Acuerdos de Paz en el Castillo de Chapultepec.

 

A partir de entonces no volvió a hacerse ningún intento formal para incorporar a nuestro país a las fuerzas de paz de la ONU, pero era un fantasma que no desaparecía y del que se hablaba tras bambalinas continuamente.

 

Hasta ahora. De hecho, cuando Jorge Montaño hacía maletas (hace un año y meses) para viajar a Nueva York y encabezar por segunda vez la Embajada de México ante la ONU, llevaba ya esa encomienda por parte de Peña Nieto: abonar el camino para la participación de nuestro país en los cascos azules.

 

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Lo difícil realmente no era tanto allá afuera ni en el medio diplomático, sino vencer acá adentro -en nuestro país- las últimas resistencias en el ámbito militar (el cambio generacional y las circunstancias de violencia por las que pasa nuestro país desde hace unos años ayudaron al cambio de mentalidad y de posiciones).

 

Y ayer se dio el paso: “México -anunció el mandatario mexicano- ha tomado la decisión de participar en las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, realizando labores de índole humanitaria en beneficio de la población civil”.

 

Nuestra política exterior giró. Se mostró más activa. Va en busca de un nuevo protagonismo.

 

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LA PRÓXIMA SEMANA ES CRUCIAL.- Anoten esta fecha porque es importante para los interesados en la política: 7 de octubre.

 

Ese día inicia el proceso electoral rumbo al 2015 (Así lo declaró el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova).

 

Y como tal, es a la vez -de acuerdo con los estatutos del PAN- la fecha límite para que presenten su renuncia los dirigentes de Acción Nacional (a nivel nacional, estatal y municipal) que quieran participar y competir por un cargo de elección popular en los comicios de junio del año entrante.

 

De ahí que la próxima semana a más tardar Gustavo Madero deberá definir si permanece como dirigente nacional del blanquiazul o si se separa temporalmente del cargo -podría renunciar incluso- para ir en busca de una candidatura.

 

Dicen los Estatutos del PAN, recién aprobados, en su Artículo 83:

 

“Los presidentes, secretarios generales, tesoreros y secretarios del Comité Ejecutivo Nacional, de los Comités Directivos Estatales o Comisiones Directivas Provisionales, y Comités Directivos o Delegaciones Municipales, que decidan contender como candidatos del Partido a cargos de elección popular durante el periodo para el cual fueron electos como dirigentes, deberán renunciar o pedir licencia antes del inicio legal del proceso electoral correspondiente”.

 

Así que no tardaremos en saber qué hará Madero finalmente.

 

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UN CACHITO DE LOTERÍA.- Quien ayer andaba encantado era el presidente municipal de Culiacán, Sinaloa, Sergio Torres.

 

Iba hacia la Lotería Nacional (junto con el también diputado sinaloense Heriberto Galindo) para asistir al sorteo y ver el cachito de Lotería con que se conmemorarían 483 años de la fundación de su municipio.

 

Bailable y tambora mandó traer el culiche para la ocasión. Y María Esther Sherman, directora de la Lotería, encantada. ¡Faltaba más!

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GEMAS: Regalito del comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, a propósito del líder de Los Templarios, Servando Gómez La Tuta: “El señor está, como decimos en el argot, a salto de mata”.