Ahora sí se pasaron los priistas. Resulta que lo sucedido en Iguala la noche del 26 de septiembre es todo por culpa del presidente municipal y del gobernador de Guerrero.

 

Del nivel federal, ¡ni una palabra! Ni responsabilidad, ni corresponsabilidad, ni nada que pudiera haber contribuido -por omisión o comisión- en la inseguridad y la violencia que se vive en la región.

 

Impecables, según el PRI, las actuaciones de la Secretaría de Gobernación, del Cisen, de la Procuraduría General de la República a lo largo de todo este sexenio (y ya no digamos del anterior).

 

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Admitir, o insinuar siquiera que en el origen profundo de lo que estalló aquella infausta noche -que derivó en la muerte de tres personas y la desaparición de 43 normalistas- otras razones hubieran podido también incidir… ¡Imposible!

 

Se trataba sólo de aventar culpas y apuntar tan sólo a la cabeza del gobernador Ángel Aguirre Rivero.

 

Impúdico. Así fue el discurso que soltó ayer el senador Arturo Zamora a nombre de la bancada del PRI en la máxima tribuna y al que se sumó por completo Acción Nacional en voz de Héctor Larios.

 

Porque una cosa es exigirle al gobernador que deje el cargo (la solicitud de licencia) por una cuestión ética, moral, de dignidad e incluso por incapacidad; y otra que se le carguen todas las culpas para evadir responsabilidades y tratar de limpiar la imagen del gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto.

 

Según Zamora, los sucesos de Iguala “son el producto de un conjunto de omisiones institucionales por parte de las autoridades del estado de Guerrero en el ámbito municipal y del Poder Ejecutivo estatal, que propiciaron el sistemático daño a la vida, la propiedad y las libertades de los guerrerenses”.

 

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ARGUMENTACIÓN MANIPULADORA.- Como ejemplo de las omisiones del gobernador guerrerense, el priista Arturo Zamora sacó a colación el informe especial que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó en diciembre del año pasado sobre los problemas de seguridad pública en la entidad.

 

La CNDH -dijo- “pidió al gobernador Ángel Aguirre recobrar las funciones de seguridad pública y garantizar la paz y el orden público”.

 

Pero el señor gobernador no lo hizo: “Menospreció el diagnóstico de la CNDH y con ello permitió que la corrupción e impunidad continuaran siendo la constante en municipios como Iguala”, arguyó el jalisciense.

 

Un discurso el del PRI de medias verdades y manipulador.

 

Lo peor del caso es que no era necesario. Se pudo haber argumentado de otra manera la exigencia de que Aguirre abandonara el cargo.

 

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LA CNDH Y TLATLAYA.- A propósito de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ayer el ombudsman Raúl Plascencia dio a conocer los resultados de la investigación sobre el caso Tlatlaya en el que, según concluyó, elementos del Ejército asesinaron al menos a 15 de las 22 personas el pasado 30 de junio.

 

Plascencia dijo que si bien ocurrió un enfrentamiento entre los soldados y los presuntos delincuentes, después los soldados “privaron ilegalmente de la vida” a los sospechosos, cuando éstos ya se habían rendido.

 

Además, agregó, se llegó a la conclusión de que los militares alteraron el lugar con el objetivo de ocultar lo que habían hecho.

 

La CNDH pidió al Ejército proceda a la reparación del daño a las víctimas, de atención médica y psicológica a tres mujeres que sobrevivieron a ese incidente (las cuales están presas en el penal de Tepic, Nayarit) y capacite a sus elementos para la correcta aplicación de la fuerza y el respeto a los derechos humanos.

 

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ANIVERSARIO DE LA COPARMEX.- Juan Pablo Castañón celebrará en grande el 85 aniversario de la Coparmex los próximos días 30 y 31 de este mes.

 

El líder empresarial ya tiene apalabrada la presencia del presidente Enrique Peña Nieto para la ceremonia inaugural y la del jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera para la clausura.

 

Por cierto que Castañón ha tenido que meter al orden a varios de sus centros empresariales en Guerrero, pues los de Chilpancingo piden la caída del gobernador Aguirre Rivero mientras que los de Acapulco piden que se quede.

 

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GEMAS: Regalito del senador Sofío Ramírez: “Guerrero no es Disneylandia”.