Una inquietud corre entre algunos elementos de las áreas de seguridad del gobierno mexicano: ¿Es Sean Penn agente encubierto?

 

La interrogante nació tras analizar el texto (18 cuartillas) que el actor estadunidense publicó en la revista Rolling Stone, en la que describe cómo se contactaron él y Kate del Castillo con Joaquín Guzmán Loera y cómo fue su traslado y su encuentro con el líder del Cártel del Pacífico.

 

Entre los puntos que llamaron la atención de esa crónica a los analistas de seguridad nacional están el lenguaje, la actitud y las contradicciones del propio actor. Mencionan algunos ejemplos:

 

–En lugar de participar de la charla en el trayecto que los llevaría a donde se encuentra El Chapo, Penn –así lo confiesa él mismo– prefiere memorizar la ruta que siguen.

 

–Afirma no conocer de computación, pero en cambio describe con precisión cómo realizan transmisiones encriptadas.

 

–El apunte a propósito de que Espinoza (uno de sus acompañantes) pudiera traer un rastreador en la faja que porta (por su problema con la columna, presumiblemente).

 

–La mención de que un posible dron sobrevolara sobre ellos durante su encuentro con El Chapo y pudiera atacarlos en ese momento.

 

–El que hablase de que “en la reunión” se acordó ir a Los Ángeles, cuando no hay antecedente de que hubiera habido o participado en alguna reunión previa.

 

Más allá del texto en sí, los agentes de seguridad mencionan el hecho de que del lado estadunidense prohibieron se implementara el operativo para capturar a El Chapo ese día del encuentro entre Guzmán Loera-Kate del Castillo-Sean Penn, por temor a que sufrieran algún daño sus compatriotas.

 

La misma reunión, subrayan, es clave para saber si Penn es agente encubierto o no. Y desde su punto de vista, dados los antecedentes del actor y lo ocurrido posteriormente con El Chapo –que terminó con su reaprehensión– dan tres a uno a que trabaja para la CIA.

 

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Se trata de una comedia.- Sea o no Sean Penn un agente encubierto –y se haya llevado de corbata a Kate del Castillo, para el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa, estamos ante algo más bien surrealista:

 

“Una comedia en donde una pareja que pretende servir al mal, termina sirviendo al bien”.

 

Desde su punto de vista –haya sido cual haya sido la intención–, al final la relación facilitó la captura:

 

“Me parece que al final, en buena medida, la relación entregó al delincuente. Me parece que si tratamos de explicarlo en términos de cine, se trata pues de una comedia, en donde una pareja que pretende servir al mal, termina sirviendo al bien”, opinaría Campa.

 

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Sobre el encuentro con El Chapo.- Dejando a un lado las dudas e interpretaciones sobre el papel jugado por Penn y Del Castillo en la detención de Guzmán Loera, comentemos algo de la narración que hizo el actor de su reunión con El Chapo para la revista Rolling Stone.

 

Para nosotros, uno de los momentos más duros y significativos de la crónica es cuando Penn describe el momento en que fueron detenidos en su camino en la sierra por un retén militar, cuando iban al encuentro del fugitivo más famoso:

 

“Dos soldados uniformados del gobierno, armas en mano, se acercan al vehículo. Alfredo (hijo del Chapo) baja la ventanilla del pasajero; los soldados se retiran pareciendo avergonzados y nos hacen señales con la mano para que pasemos. ¡Guau! Ese es el poder del rostro de Guzmán. Y la corrupción de una institución”.

 

De lo que cuenta del rato que pasaron con el narcotraficante comiendo tacos y echando tequilas, nos llamó la atención que el propio Chapo les pidiera que no lo presentaran (suponemos que en la película que estaban negociando) como si él fuera “una monja”. En otras palabras, no era un santo.

 

En cuanto al texto en general digamos que nos resultó un tanto chocante que dijera que en México había dos presidentes. Nos parece un exceso. Tampoco nos interesó mayormente su introducción y sus apuntes sobre las drogas.

 

La narración realmente nos atrapó a partir del momento que él califica como “el punto de no retorno”: cuando entra al restorán japonés junto con Espinoza para reunirse con El Alto.

 

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