Hay quienes los miran como meros familiares tristes y adoloridos por la desaparición de sus hijos. Como padres, madres, hermanos, que en algún momento “aceptarán” la tragedia -su tragedia- de los normalistas de Ayotzinapa y bajarán los puños y dejarán de gritar.

 

Lejos está ese escenario. Mucho más lejos de lo que la clase política y económica calcula (y desea).

 

Sólo hay que sentarse al lado de ellos, escucharlos, oírles hablar ante los muchachos y en los mítines, o desde los pasillos de la Normal Raúl Isidro Burgos y hasta en sus casuchas.

 

Para ellos -los padres de los 43 jóvenes desaparecidos de la Normal Isidro Burgos- la lucha apenas comienza.

 

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-¡No nos van a callar! ¡No nos van a comprar! ¡No nos van a silenciar!-, advertían este fin de semana desde el Monumento a la Revolución.

 

Apenas unas horas atrás, se había confirmado que una de las osamentas halladas en el basurero de Cocula pertenecía al normalista de primer año Alexander Mora Venancio.

 

Ante ello, Felipe de la Cruz (padre de uno de los normalistas) respondía: “No le lloramos a Alexander. Su caída va a florecer en la revolución. Que sepa, donde quiera que esté, ¡que vamos a hacer justicia!”.

 

Anunciaba además, de parte de los familiares de los 43 y organizaciones adherentes a su movimiento, SU DESCONOCIMIENTO del gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Seguirán con las movilizaciones, con la demanda de la presentación con vida de los 42 normalistas cuyo destino aún se desconoce, con los bloqueos en la Autopista del Sol… “no habrá vacaciones ni Navidad para nosotros, no habrá tampoco vacaciones ni Navidad para el gobierno”.

 

Y tengan por seguro que no era simple palabrería lo que advertían. Porque Ayotzinapa, como dijeron, “no es sólo un grito de dolor”.

 

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SOY ALEXANDER MORA VENANCIO.- Uno de los momentos más impactantes fue cuando se escuchó el mensaje enviado por el joven estudiante cuya muerte se confirmó.

 

El mensaje apareció en la página de Facebook de la Normal de Ayotzinapa, fechado en El Pericón, municipio de Tecoanapa, Guerrero, de donde era originario el normalista. Y dice así:

 

“Compañeros, a todos los que nos han apoyado, soy Alexander Mora Venancio. A través de esta voz les hablo. Soy uno de los 43 caídos el 26 de septiembre en manos del narcogobierno. Hoy 6 de diciembre le confirmaron los peritos argentinos a mi padre que uno de los fragmentos de huesos encontrados me corresponde.

 

“Me siento orgulloso de ustedes, que han levantado mi voz, el coraje y mi espíritu libertario. No dejen a mi padre solo con mi pesar, para él significo prácticamente todo, la esperanza, el orgullo, su esfuerzo, su trabajo y su dignidad.

 

“Te invito que redobles tu lucha. Que mi muerte no sea en vano. Toma la mejor decisión, pero no me olvides. Rectifica si es posible, pero no perdones. Este es mi mensaje”.

 

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ESTO VA A SEGUIR.- Bajo el techo de lámina de su casa en El Pericón, Ezequiel Mora Chora (padre de Alexander, el normalista identificado entre los restos hallados en el río San Juan) declaró: “Acepto mi derrota, pero no voy a dejar de luchar para exigir justicia por mi hijo y sus 42 compañeros”.

 

Hugo Mora, hermano de Alexander, hablaría también frente al altar dispuesto con fotos y veladoras, a sus compañeros de futbol: “No porque nos haigan dado una mala noticia ya se acabó todo. Quiero que algún día ustedes me acompañen a mí y a mi jefe a alguna marcha o protesta, porque esto va a seguir… No los voy a invitar para que vayamos a pelear. Sin armas, no. Quiero que nos apoyen moralmente con su presencia para que nosotros nos sintamos con ganas de seguir adelante.

 

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