No cabe duda de que Héctor Serrano Cortés sí que se hace ver, que se hace sentir y que trae la sartén por el mango en el Distrito Federal.

 

Y sale sobrando que el perredista ya no sea secretario de Gobierno del DF y que ahora “nomás” ocupe la cartera de Movilidad (Semovi) de la ciudad.

 

Con eso tiene más que suficiente para que diputados locales de todos los partidos lo respeten y que, incluso, la gran mayoría le rinda pleitesía.

 

¡Cosa de ver nomás cómo lo trataron ayer en su comparecencia ante la Comisión de Movilidad, Transporte y Vialidad de la Asamblea Legislativa del DF!

 

Para empezar, los coordinadores de todos los partidos estuvieron presentes (como quien dice, se cuadraron): desde César Cravioto, de Morena, hasta Israel Betanzos, del PRI y Jorge Romero, del PAN, pasando por Leonel Luna, del PRD; Xavier López Adame, del PVEM; Luciano Jiménez, del Humanista, y Juan Gabriel Corchado, de Nueva Alianza.

 

Y luego, el trato de los participantes, porque hay que ver hasta dónde llegaron algunos…De plano, poco les faltó para limpiarle los zapatos o besarle la mano al ex delegado de Venustiano Carranza y dirigente de la corriente Vanguardia Progresista.

 

Vaya, algunos ni siquiera se atrevían a preguntar en sus participaciones y mucho menos a plantearle una réplica.

 

–Aquí nomás…, saludar el informe del secretario más que hacerle una pregunta –arrancaría el del Humanista, Jiménez –y no, no es réplica, era felicitación por los nombramientos…

 

Adame, el del Verde, se dedicaría a defender a Serrano y el nombramiento de la ex panista y ex candidata del PVEM-PRI, Laura Ballesteros, en el Nuevo Modelo de Movilidad y, por supuesto, a “felicitarlo –celular en mano como prueba– por los cursos de movilidad”.

 

Serrano se dejaba querer. Relamía el bigotillo, acomodaba los lentes en la punta de la nariz, se explayaba en los temas que quería o en los que apenas si se atrevían a mencionar algo sus interlocutores.

 

Llegó el turno del de Morena. Todos se tensaron en la mesa. Serrano incluido.

 

Llegaba el momento de probar si los pupilos de Martí Batres seguían en sus trece –negándose a todo y dispuestos a agraviar al propio Serrano, el verdadero interlocutor con el DF y no Patricia Mercado– o si ingresaban al carril del diálogo.

 

Felipe Félix de la Cruz tomó la palabra. De buena manera, planteó preguntas; tranquilas, sin mayor cuestionamiento, pero preguntas a fin de cuentas, relacionadas con las altas multas, las concesionarias, las alternativas para nuevos vehículos…

 

Serrano sonrió. El hombre que movió los hilos del gobierno en favor del PRD en las elecciones de junio pasado –por lo cual Morena exigió su destitución como secretario de Gobierno– devolvió el gesto:

 

Antes que nada, dijo, “agradecer la actitud cordial… Le agradezco desde el tono hasta la forma de presentar las preguntas”.

 

Lo demás sería pan comido para el titular de Semovi.

 

Al priista Betanzos poco le faltó para abrazarlo. Reconocía de buena gana ante el micrófono el trabajo de Serrano, su trayectoria, su habilidad… Bueno, ni Víctor Hugo Romo (PRD) le echaría tanto incienso.

 

En fin, que Héctor Serrano sí que se sabe hacer respetar. Al final de la comparecencia, él mismo resumiría y calificaría el encuentro con los legisladores así:

 

–Quiero agradecer lo que hoy hemos vivido en esta mesa. Cada uno de ustedes representa la pluralidad y el trato nos permite transitar hermanadamente… Reconocer la civilidad y la cordialidad de cada uno de los diputados hacia mi persona. Y lo que hoy se logró fue precisamente avanzar hacia los consensos a corto plazo.

 

Y de manera muy especial –concluyó el hombre que arrebató su fuerza en el DF a René Bejarano– agradezco a los coordinadores de los grupos parlamentarios que me honraran con su presencia en esta mesa.

 

Esa es la fuerza que, aún hoy en día, conserva Héctor Serrano en el DF.

 

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