Hace años, era común que entre los mismos políticos y periodistas se adujera la certeza y la contundencia de una información con esta simple frase: Lo dijo Jacobo…

 

Sí, porque era él, Jacobo Zabludovsky, quien daba las noticias; era su nombre el que –para bien o para mal– les daba peso y certeza. Era a través de su persona, al frente del noticiero televisivo 24 Horas, que los gobiernos en turno daban a conocer al país lo que consideraban debía saberse.

 

Jacobo_Zabludovsky_Cuartoscuro

 

Fue entonces, sin duda, cuando tuvo más poder. Pero, paradójicamente, fue años después, ya sin el poder de la pantalla detrás, cuando Jacobo se convertiría en un ser entrañable, respetado y cercano para muchos.

 

Ocurrió cuando salió de Televisa (en el año 2000), luego de enfrentar un cáncer que superó “con enjundia”, según su propia descripción; y tomó las riendas del noticiario De una a tres en las emisoras Radio Red y La 69 de grupo Radio Centro, desde la Ciudad de México.

 

Profesional a cabalidad, amante de la fiesta taurina, tangófilo empedernido, Jacobo –fallecido ayer a los 87 años de edad– fue un personaje extraordinario de esta ciudad. Culto, inteligente, generoso.

 

Nació en La Merced un 24 de mayo de 1928. Desde ahí, desde los rincones y callejuelas de esta antigua ciudad, Jacobo comenzó a husmear la vida –y el pasado– del Centro Histórico.

 

Amaba el corazón de esta ciudad, las vecindades y callejones que lo vieron crecer, tanto como su profesión misma.

 

En su vida profesional él solía contar que hubo dos momentos fundamentales en su vida:

 

–Cuando conoció a Alonso Sordo Noriega, porque le enseñó todo lo que sabe de periodismo radiofónico;

 

–y cuando conoció a José Pagés Llergo –lo invitó a colaborar en la revista Siempre– porque el maestro lo transformaría “de un periodista de columna de espectáculos a un periodista de opinión”.

 

Pero quizás sea otro género periodístico –la crónica– lo que algunos recordaremos de él. Particularmente esa crónica estrujante, inesperada, del sismo del 85, narrada –prácticamente a lo largo de todo el día– desde un teléfono móvil en su carro.

 

Se ha ido el hombre que llevó consigo a los periodistas a la televisión. Y con él, ese estribillo tan familiar de los años 80 y 90: “Lo dijo Jacobo…”

 

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MANCERA LOS DEJÓ FRÍOS.- Cuentan colaboradores en el gobierno del Distrito Federal que cuando los “jefes” recibieron la instrucción de Miguel Ángel Mancera de presentar su renuncia, se quedaron fríos.

 

Y aunque aún no es seguro que algunos de ellos se vayan a ir –mucho menos todos, ¿verdad?–, lo cierto es que no esperaban que el jefe de Gobierno fuera a pedirles a todos, todos los integrantes del gabinete, que tuvieran lista su carta de renuncia para el próximo día 15.

 

Suponían que vendrían cambios pero que se harían de manera quirúrgica y sin provocar el sobresalto a todos los mandamás. “Sólo falta que arrase con todos”, bromeaban algunos trabajadores.

 

Según explicó el propio Mancera por la tarde, ahora que está por cumplirse la mitad de su gobierno, “evaluará el cumplimiento de las metas, sobre todo con la ciudadanía” y a partir de ahí decidirá quiénes se quedan y quiénes se van.

 

Públicamente, han estado en la mira –dentro y fuera del propio GDF– el secretario de Gobierno, Héctor Serrano (por el desastre de las elecciones que operó para el PRD en el DF); el jefe de la Oficina, Javier González Garza (se requiere un perfil más fresco ahí); el secretario de Movilidad, Rufino León (una de las áreas más cuestionadas, además de que no atina a resolver los conflictos), y el director del Metro, Joel Ortega (cuya confrontación personal con Marcelo Ebrard contaminó los problemas con la Línea 12 del Metro).

 

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GEMAS: Obsequio de Jacobo Zabludovsky (qepd) al recibir el diploma de honor Bicentenario: “Se nos premia hoy no por ser los héroes de mil batallas, sino los vencedores de mil derrotas, los que tuvimos y tenemos la calle por campo, campo de combate, la voluntad como trinchera y hacemos del trabajo diario una disciplina casi mística, leales al oficio y a la rutina”.