Todo el día de ayer –y aun desde días atrás– fue de intenso cabildeo entre los panistas.

 

Pero las horas cruciales para las decisiones a tomar en el Senado –la coordinación del grupo parlamentario y la presidencia de la Mesa Directiva– se dieron en la Torre Azul después de las nueve de la noche.

 

Y esta vez, los blanquiazules no permitieron que su dirigente nacional, Ricardo Anaya, se fuera por la libre y le diera por incumplir su palabra sin mayor recato ni cuidar las formas, tal como sucedió en la Cámara de Diputados.

 

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Porque había un acuerdo apalabrado por los maderistas con Anaya desde meses atrás:

 

–Apoyar a Gustavo Madero en la Cámara de Diputados.

 

–Y en el Senado, devolverle la coordinación a Jorge Luis Preciado si no lograba ganar la gubernatura en Colima (recordemos que Preciado entró de bateador emergente luego de que el ex alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendoza, declinó participar).

 

En San Lázaro, como sabemos, Anaya no cumplió. Hizo de lado a Madero –sin dejarle siquiera al de Chihuahua tener el gesto de haber sido él quien hubiera cedido el espacio– y designó a Marko Cortés coordinador de los diputados blanquiazules.

 

Ante semejante “afrenta” (algunos le llaman abiertamente “traición”), los maderistas decidieron velar armas y darle su parón al presidente de su partido para que no hiciera lo mismo en el Senado.

 

Tuvieron su encerrona ayer por la noche. Y no sólo se le apersonaron a Ricardo Anaya los senadores Preciado y Roberto Gil Zuarth para defender la posición que consideran les corresponde (la coordinación y la presidencia de la Mesa, respectivamente).

 

También se descolgaron algunos ex gobernadores para presionar (Francisco Barrio y Ernesto Ruffo, entre ellos); así como el veracruzano Miguel Ángel Yunes.

 

Varias cosas pondrían sobre la mesa al queretano:

 

–Recordarle que gracias a ellos, a la estructura maderista del partido, ganó la dirigencia.

 

–Rechazar la designación de Héctor Larios como coordinador del grupo parlamentario y de José Rosas Aispuro para la Mesa Directiva.

 

–Exigirle que cumpla lo apalabrado; y de paso recordarle que los senadores corderistas-calderonistas ya no son mayoría en la bancada, por lo cual no tiene nada que temer ante ellos.

 

Lo demostrarían con la lista de “conversos” (antes corderistas pero que se acercaron a últimas fechas a Madero o bien al propio Anaya, mirando hacia posibles candidaturas futuras): Javier Lozano, Roberto Gil, Fernando Torres Graciano, Salvador Vega, Fernando Yunes, Gabriela Cuevas, Adriana Dávila, Francisco García Cabeza de Vaca, Raúl Gracia, Fernando Herrera.

 

Corderistas apenas si queda una docena (de 38 senadores en total). Aunque a decir verdad, el grupo parlamentario de Acción Nacional está prácticamente dinamitado.

 

La encerrona, por lo que supimos, fue intensa. Continuaba cuando cerramos esta columna.

 

Lo más que alcanzamos a saber fue algo colateral: que el diputado saliente Juan Pablo Adame (hijo del ex gobernador Marco Adame y uno de los principales negociadores del Pacto por México) irá de secretario de Comunicación del CEN del PAN.

 

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MARATÓN PRIISTA.- A diferencia de los panistas, que prácticamente nada extraordinario anuncian para su reunión plenaria que hoy inicia, los priistas en cambio tiraron la casa por la ventana.

 

Emilio Gamboa y sus senadores tendrán hoy como invitados a los titulares de Gobernación (Miguel Osorio Chong), de la Procuraduría General de la República (Arely Gómez), de Relaciones Exteriores (José Antonio Meade), al jefe de la Oficina de la Presidencia (Aurelio Nuño), al de Economía (Ildefonso Guajardo) y en la comida tendrán como invitado a su contraparte en la Cámara de Diputados, César Camacho.

 

Para mañana viernes esperan al secretario de Hacienda, Luis Videgaray; al titular de Energía, Pedro Joaquín Coldwell y al director de la CFE, Enrique Ochoa Reza; y el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

 

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GEMAS: Obsequio del académico Agustín Basave luego de afiliarse al PRD para buscar la dirigencia del partido: “Si el pasado priista condenara a alguien en el PRD, el partido quedaría seriamente mermado”.