A empujones…”, así es como avanza Josefina Vázquez Mota hacia la candidatura de Acción Nacional para el Gobierno del Estado de México.

 

 

Empujones pa’ (de)lante” de quienes la quieren como abanderada del PAN (comenzando por Ricardo Anaya); y “empujones pa’ tras” de sus adversarios internos (principalmente de la mancuerna Rafael Moreno Valle-Ulises Ramírez).

 

 

De ahí que la ex candidata presidencial “tantito se anima y un muchito lo duda”, según describen algunos de sus cercanos.

 

 

Pero la frase que se ha impuesto (hasta ahora) es aquélla con la que Anaya, dirigente nacional del blanquiazul, le urgió a entrar en la contienda: “Es por el bien del país…”, le dijo, mostrándole una serie de encuestas.

 

 

Porque, recordemos, desde el año pasado, Vázquez Mota les dijo a los dirigentes de su partido que no tenía ningún interés en buscar la candidatura por el Gobierno del Edomex.

 

 

Y tal cual, se dedicó a otra cosa: los jóvenes migrantes mexicanos, los dreamers.

 

 

Sin embargo, los sondeos de unas semanas para acá –en los que Morena avanzaba de manera tan acelerada que bien podría alzarse con el triunfo en la elección mexiquense de junio próximo- prendieron los focos rojos en el PAN… Y en el PRI y en Los Pinos…

 

 

Desde la perspectiva azul y tricolor, que Andrés Manuel López Obrador se hiciera del granero electoral del Edomex –vía su muy probable candidata, Delfina Gómez– enviaría el mensaje, prácticamente irremediable, de que el tabasqueño ganaría de manera fácil la Presidencia de la República.

 

 

Fue entonces que Anaya le insistió a Josefina y la urgió a contender, ya no por el PAN, sino “por el bien del país…”.

 

 

Los fantasmas del ayer.- La ex candidata presidencial del PAN pidió entonces “condiciones mínimas” para participar (y evitar que la traicionen y la abandonen, como le sucedió con Felipe Calderón, en 2012): unidad del partido y “planchar” al cacique mexiquense Ulises Ramírez.

 

 

El caso de Ulises, hasta el momento, sigue siendo complicado. No da su brazo a torcer. Quiere la candidatura para él. Negocia. Y en éstos, que son los momentos definitivos, “vende caro su amor”.

 

 

Y aun así, la duda persiste. Nadie asegura que Ulises cumplirá. Más bien temen que este hombre que controla la estructura panista en la entidad le haga a Josefina Vázquez Mota lo mismo que le hizo a Luis Felipe Bravo Mena hace seis años: cerrarle la llave del partido y lanzarlo hasta el tercer lugar.

 

 

Hay otra agravante: las familias de Moreno Valle y de Alfredo del Mazo se conocen desde el tiempo de sus abuelos. Ello abona a la idea de que, si no es Ulises el candidato del PAN, el ex gobernador poblano termine apoyando al priista.

 

 

(En la reunión de la Comisión Permanente del PAN hubo tres abstenciones sobre el método de designación directa del candidato. Los tres de Puebla.)

 

 

Pero si el objetivo primordial es detener a AMLO “por el bien del país”, no habría mayor problema en que ganara Del Mazo, ¿verdad?

 

Eso sí, Josefina quedaría, de nuevo, crucificada. Y eso es precisamente lo que la aterra (incluso cuando ya se haya procurado una red de protección en caso de perder). Por eso es que avanza a empujones…, pero aun así, ai va, y este domingo se registra. Sí, también a empujones…

 

 

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