Ocurrió en Michoacán. En la mismísima tierra de Felipe y Luisa María Calderón. Ahí desde donde el ex presidente de México busca revivir sus cenizas y donde Cocoa intenta por segunda vez alcanzar la gubernatura y ubicar el principal pie de playa del calderonismo.

 

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Los golpes –para ambos– se los dieron sus propios compañeros: Julio Castellanos, ex presidente municipal de Zamora, y Germán Tena, ex presidente del PAN en Michoacán.

 

Los dos ex calderonistas abandonaron las filas blanquiazules y se sumaron a la campaña del perredista Silvano Aureoles. Y lo hicieron de manera oficial, abierta y con toda la publicidad que ameritaba el caso:

 

Dieron conferencia de prensa junto con el de Carácuaro para subrayar su apoyo y aparecieron juntos los tres –Aureoles, Tena y Castellanos– en múltiples fotografías, sonrientes y con los brazos en alto anunciando desde ahora su victoria.

 

Y bueno, más allá de que logren la victoria el próximo 7 de junio bajo las siglas del PRD, Panal, PES y PT, lo que sí es un hecho es que éste sí es un fuerte golpe para Luisa María (y para Felipe Calderón de paso) pues tanto Tena como Castellanos mueven gente y eran de sus principales apoyos.

 

Castellanos ha sido una de las figuras más cercanas a los líderes históricos del panismo en Michoacán y era el hombre de mayor confianza en ese estado para el ex presidente de la República. Fue, indicamos, alcalde de Zamora, oficial mayor de la Sedesol a nivel nacional (durante el gobierno de Vicente Fox) y diputado en la LXI Legislatura.

 

Tena, además de presidente del Comité Estatal del PAN, fue delegado de la Secretaría de Desarrollo Social.

 

Valga resaltar lo que acontece en Michoacán porque en estos momentos no sólo están las elecciones oficialmente organizadas por el Instituto Nacional Electoral, sino que muchas de estas otras posiciones –estrategias y reivindicaciones– están en juego.

 

Una de ellas, mencionábamos al inicio, la reivindicación y el retorno del calderonismo.

 

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LA CAMPAÑA PARALELA.- Otro de los caminos para la vuelta del calderonismo a escena –y dentro del propio partido– es la posibilidad de que Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, gane la presidencia de Acción Nacional.

 

Y como es un hecho que la elección interna se va a adelantar –apenas pase la elección: en la primera semana de julio de ser posible–, tanto Margarita como Ricardo Anaya –candidato firme de los maderistas para dirigir el albiazul– están aprovechando las campañas actuales para hacer su propio proselitismo rumbo a la dirigencia del PAN.

 

Los dos andan por ello de la ceca a la meca apoyando candidatos y buscando sus propios apoyos para suceder a Gustavo Madero.

 

¿Cómo van hasta ahora Margarita Zavala y Ricardo Anaya? Por lo que cuentan los propios panistas, el queretano lleva la delantera.

 

Según refieren, el queretano no sólo tiene el apoyo de Madero –y todo lo que ello implica en cuestión de estructura y conocimiento de la militancia– sino que él mismo se ha sabido ganar a la gente. No sólo es un hombre inteligente y educado sino que buena parte de su labor ha consistido en “curar heridas”.

 

El mejor ejemplo de ello es lo que sucede en su propia tierra, Querétaro. Ahí, el candidato del PAN a la gubernatura es Pancho Domínguez, considerado del grupo de los calderonistas-corderistas, está ahora con Anaya.

 

Evidentemente lograron un buen acuerdo pues Anaya –quien dirigió al PAN en Querétaro y cuenta con la estructura del partido en el estado– está apoyando con todo a Domínguez para que gane la elección. Y Domínguez fue quien “destapó” a su coterráneo para la dirigencia nacional.

 

Veracruz, tercer estado con mayor número de militantes de Acción Nacional, se ha sumado con Anaya. Con él aparecieron los principales liderazgos: tanto Miguel Ángel Yunes Linares como Juan Bueno Torio.

 

En fin, es la campaña paralela. Ahí van y tanto Margarita como Anaya están metiendo el acelerador a fondo.

 

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