La conclusión no debiera asombrar. Pero lo interesante aquí es que los cálculos vienen de instancias del propio gobierno federal y del partido en el poder. Y su proyección proviene de los resultados de las encuestas realizadas en los últimos meses: “El efecto Peña viene en sentido contrario y pegará fuerte”.
Según sus cálculos, en las próximas elecciones intermedias el PRI no logrará la mayoría en la Cámara de Diputados. Será, de nueva cuenta, primera minoría.
Para las nueve gubernaturas que se disputarán el 7 de junio próximo, el panorama –según los datos del gobierno– tampoco pinta muy soleado que digamos. Con decir que no descartan posibles derrotas para los candidatos tricolores ¡en cinco estados!
Guerrero, Michoacán y San Luis Potosí están en esa lista. (En la primera entidad aún no ha definido el PRI a su candidato. En la tierra purépecha su abanderado es Chon Orihuela, y para SLP, el ex secretario de Educación estatal Juan Manuel Carreras).
Esos tres estados los daba por perdidos el PRI ya desde hace tiempo. Los dos primeros frente al PRD y el tercero ante el PAN.
Pero ahora se han sumado también Sonora y Baja California Sur a la lista de posibles fracasos para el Revolucionario Institucional (la candidata sonorense es la senadora con licencia Claudia Pavlovich y por BCS va el también senador Ricardo Barroso).
En el rubro de estados “muy competidos” aparecen Nuevo León y Querétaro. (Ivonne Álvarez va por NL y en tierra de la Corregidora apenas se acaba de emitir la convocatoria pero se espera que el candidato de unidad sea el alcalde queretano Roberto Loyola). Sus contrincantes en ambos casos son los panistas.
Y como prácticamente “ganados” lucen Colima –con su recién designado candidato, José Ignacio Peralta– y Campeche, con Alejandro Moreno Alito. Aunque valga anotar que en el caso del campechano aparece una observación: el triunfo de Alito podría estar en riesgo si no logran contener la avalancha de negativos del candidato.
Ese es el panorama que prevén en el gobierno federal. Menos optimista, sin duda, de lo que algunos supondrían.
Ese es el telón de fondo que tendrá hoy el mensaje a medios que dará este mediodía el presidente Enrique Peña Nieto
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MARCELO Y LOS PANISTAS.- El líder de la bancada panista en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya, lo reconoció abiertamente: “Es una aberración no haber dejado hablar a Marcelo Ebrard (en la reunión de la Comisión). El parlamento es para eso, para hablar, para parlamentar…”
El “informe” –que no dictamen ni pre dictamen– de la Comisión se va a inscribir en la agenda política para ser discutido en el pleno.
“¡Queremos saber quiénes son los responsables de lo que ocurrió con la Línea 12, cuánto costó –y va a costar– reparar el daño, y que haya una sanción para los responsables, caiga quien caiga”.
Anaya sostiene que su grupo parlamentario no quiere caer en los extremos: “Ni linchar a Marcelo, ni que haya impunidad”.
Hoy veremos si efectivamente es así, o si los panistas jugarán el juego del PRI y sus aliados: el Verde y el Panal.
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ESPALDARAZO DE CARSTENS PARA VIDEGARAY.- Lo hizo en pleno terreno panista, luego de haber participado en la plenaria de los diputados de Acción Nacional.
Ahí, en plena conferencia de prensa, Agustín Carstens sostuvo que la reforma fiscal –esa que aporrean los blanquiazules– fue un acierto; que de no haberse aprobado, “el ajuste sería todavía mayor”.
¿Y aguantará el país el ajuste?, preguntamos.
La respuesta fue un lacónico “sí”.
El gobernador del Banco de México reiteró que el desplome de los precios del petróleo “es durable, será cosa de años para que regresemos a los precios anteriores” de 80 a 100 dólares por barril, por lo que urgió a acelerar la implementación de las reformas estructurales. La energética particularmente.
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GEMAS: Obsequio del jefe de la bancada panista en San Lázaro, Ricardo Anaya: “El PRI-Gobierno padecen quizá la peor de las enfermedades en política: tienen un tremendo déficit de credibilidad. La gente simple y sencillamente ya no les cree”.
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