Están a sólo cuatro días –el próximo lunes 23 se cumple el plazo- de la definición crucial: si PAN y PRD van en alianza por la gubernatura en el Estado de México, con Alejandro Encinas como candidato (aunque éste siga haciéndose del rogar).

 

 

La decisión que al respecto tomen Alejandra Barrales y Ricardo Anaya terminará por definir quién será el candidato del PRI: si Ana Lilia Herrera, protegida del gobernador Eruviel Ávila, o alguien del grupo Atlacomulco, a cuya cabeza va Alfredo del Mazo.

 

 

Del lado de Morena, no cabe duda: la ex alcaldesa de Texcoco, Delfina Gómez, presentó ya ayer su solicitud de registro como precandidata al gobierno del Estado.

 

 

Así que sólo falta ver lo que definan las dirigencias panista y perredista este fin de semana. Decisión nada fácil, pues en ambos partidos hay en estos momentos fuertes grupos locales que tratan de impedir la alianza:

 

 

-Del lado perredista, azuzados por el Gobierno federal, los de Alternativa Democrática Nacional (ADN) –actualmente la corriente más fuerte dentro del PRD y sobre todo en el Edomex-, encabezados por Héctor Bautista, cuya devoción e intereses se acercan más a los peñistas y a los colores tricolores que al sol amarillo.

 

 

-Por la parte panista, se oponen varios grupos. Entre ellos el que encabeza Manuel Gómez Morín, nieto del fundador de Acción Nacional, que insiste en llevar un candidato propio, bajo el iluso supuesto de que pueden ganar solos. Con una treintena de firmas insistieron ayer a su dirigente nacional en rechazar la alianza.

 

 

Pero el grupo de los Galileos (PRD) no pierde la fe. Fernando Belaunzarán lo dice así: “Se puede vencer al dinosaurio en su cueva”.

 

 

Sostiene que aun y cuando Encinas se haga el remolón de aquí al 5 de febrero –fecha en que concluyen los trabajos de la Asamblea Constituyente que encabeza el ex jefe de Gobierno del DF-, el PRD y PAN pueden firmar una “carta de intención de la alianza” el próximo lunes.

 

 

Con ello, indica Belaunzarán, podrían dar tiempo a que Encinas concluya su compromiso como constituyente y, con la carta de intención de la alianza firmada, estarían aún en tiempo de registrarlo como candidato del PRD-PAN.

 

 

¿Suena iluso? La verdad, sí.

 

 

Aunque con una alianza PAN-PRD parezca factible hoy en día asaltar la guarida de mayor prosapia de los priistas, lo cierto es que en las filas de los adversarios –en la oposición y en las traiciones- es donde se hallan los obstáculos más difíciles de transitar. Y no dejan de mostrar sus malas artes.

 

 

La apuesta de los Galileos, empero, está en que, al verse claramente la posibilidad de derrotar al PRI –y sólo puede lograrse con la alianza PAN-PRD-, se detone un fenómeno social más allá de los partidos.

 

 

Y sí, que los propios mexiquenses derroten al dinosaurio en su mismísima cueva.

 

 

GEMAS. Obsequio del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas: “Para mí esto es lo más grave que nos está sucediendo: que tengamos una posición de indignidad, de sometimiento, de aceptación y casi de aplauso a los insultos que nos ha lanzado (Donald Trump), y que ésta sea la respuesta del Gobierno nacional ante la indignación de la mayoría de los mexicanos”.