Emilio Chuayffet concluyó su discurso bajo el enorme techo de la Biblioteca de México. Lucía encantado. Tomó del brazo a Juan Díaz de la Torre (líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) y enfiló hacia la exposición que organizó para sus invitados el subsecretario de Planeación, Javier Treviño.
Les siguieron a unos pasos el rector de la UNAM, José Narro Robles; el ex secretario de Educación, Miguel Limón Rojas; el senador Juan Carlos Romero Hicks; el director del Politécnico, Enrique Fernández Fassnacht; el director de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa; el titular del Fondo de Cultura, José Carreño Carlón; el coordinador de Ciencia de la Presidencia de la República, Francisco Bolívar Zapata.
Pero el secretario de Educación sólo tenía ojos para el líder del SNTE. Con él compartía sus impresiones, explicaba las imágenes a su paso, hacía gala de su cultura y su memoria.
No era para menos. Díaz –el hombre que sustituyó a Elba Esther Gordillo al frente del sindicato del magisterio– ha sido el gran aliado de Chuayffet en lo que a la reforma educativa se refiere (aunque más bien habría que llamarla reforma laboral para el magisterio).
Tanto que han logrado planchar la reforma educativa en casi todo el país. Sólo enfrenta problemas complicados en tres estados: Guerrero, Oaxaca y Michoacán (Y ahí, con la CNTE, se ocupa el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda).
Por ello ayer enfilaban orondos ambos personajes. Presumiéndose uno a otro los resultados de la primera reforma de la administración del presidente Enrique Peña Nieto en sus terrenos.
Reforma que, a decir del mexiquense, a dos años de distancia de haberse expedido las reformas constitucionales, “ha entrado en la etapa de su materialización”.
Más aún durante este periodo “el Estado ha recuperado la rectoría de la materia”, afirmaría Chuayffet.
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Y ESO QUE SE IBA A CAER…- Mirando a Chuayffet en aquel evento –entre bellos cantos y música, cortesía de Tovar y de Teresa– resultaba difícil pensar que el hoy secretario de Educación fuera a abandonar pronto la SEP.
Porque esa es una versión que corre entre los muros de la calle de Argentina: que bien podría irse por ahí de julio, luego de las elecciones, junto con otros cambios en el gabinete.
Pero ya ven cómo son las cosas, muchos apostaban que Chuayffet caería en el primer año del gobierno, luego en el segundo, y nomás no. Ahí sigue. Y bien contento.
Quien sí está pronto a salir –aunque no porque lo vayan a renunciar– es el rector Narro. Su gestión en la UNAM concluye en siete meses (en cuanto vuelvan de vacaciones, por ahí de julio, se inicia el proceso sucesorio).
¿Le espera un lugar en el gabinete? ¡Ni idea! Lo que sí sabemos es que ayer firmó un desplegado junto con los rectores de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla y el de la Autónoma Metropolitana, Salvador Vega y León, manifestando su preocupación por la iniciativa de la Ley de Aguas y pronunciándose por un amplio debate sobre el tema.
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HERRERA CALDERA APAPACHADO.- Quien estuvo muy apapachado en estos días fue el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera. Porque han de saber que instituyó un informe en episodios: comenzó el sábado ante el Congreso del Estado y concluyó ayer, en el recién reinaugurado Auditorio del Pueblo, frente a sus invitados especiales.
La representante presidencial en este cuarto informe de gobierno: Mercedes Juan López, secretaria de Salud. Gobernadores que le acompañaron, nueve: Sinaloa, Puebla, San Luis Potosí, Nuevo León, Querétaro, Chihuahua, Chiapas, Zacatecas y el jefe de Gobierno del DF.
Inevitable la alusión al tema electoral: “En el marco del proceso en marcha deben prevalecer las propuestas sobre las descalificaciones”, apuntó Herrera.
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GEMAS: Obsequio de la Secretaría de Gobernación a propósito del diferendo entre MVS y Carmen Aristegui: “El gobierno de la República ha respetado y valorado permanentemente el ejercicio crítico y profesional del periodismo, y seguirá haciéndolo”.
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