El tema de la “Casa Blanca” de Angélica Rivera sí que les pone los pelos de punta a los priistas. Tanto que por poco se arma un buen zafarrancho en pleno salón de sesiones de la Cámara de Diputados.
No sólo eso. ¡Hasta la sesión suspendió abruptamente el diputado del Partido Verde, Tomás Torres, tras recibir instrucciones al oído de parte de Manlio Fabio Beltrones!
Ni frente a las reformas estructurales ocurrió algo así, comentaría Ricardo Monreal. Lo escribiría incluso en su cuenta en twitter: “Al imponer las reformas regresivas nunca levantaron la Sesión. Hoy, al deliberar sobre la #CasaBlancadeEPN, lo hacen. Intolerancia”.
Y es que, efectivamente, los personajes cuestionados en este caso eran “el señor presidente de la República, Enrique Peña Nieto y su señora esposa, La Gaviota”.
¡Cómo iban a permitir que enlodaran sus nombres, que se burlaran e hicieran señalamientos de corrupción y conflicto de intereses! ¡Mucho menos tolerarían que se mantuviera en la tribuna esa ignominiosa manta que en letras rojas y negras rezaba: “EPN Renuncia ya!!!”
¡Claro que no! De hecho, había una petición expresa para todos los priistas desde antes de iniciar la sesión: “cuidar” al Presidente y a su esposa.
Así que se dejaron ir hacia la tribuna varios diputados priistas -entre los que se contaban el mexiquense José Isidro Moreno y el jalisciense Abel Salgado- al grito de “¡provocadores!”.
Los destinatarios eran legisladores del PRD, del PT y de Movimiento Ciudadano: Alfonso Durazo, Socorro Díaz, Manuel Huerta, Carlos de Jesús Alejandro, Loretta Ortiz.
Un coro de gritos se alzó de un lado: “¡Fue-ra Pe-ña!”. A lo que los priistas respondieron a la voz de “¡Abar-ca-Obrador!”, mientras Cesáreo Padilla mostraba una fotografía en la que aparecía Andrés Manuel López Obrador con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda.
Gritos, jaloneos, insultos. Y la campanilla salvadora dando por concluida la sesión.
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NOS DICEN QUE TRABAJA DESDE LOS 15.- De cualquier modo, dos que tres cosas se habían dicho ya desde el día anterior sobre la “Casa Blanca” y sus habitantes.
A la defensa que alzó de La Gaviota la priista Martha Gutiérrez al son de “la señora tiene por profesión actriz y trabaja desde los 15 años. ¡Los bienes son producto de su trabajo!”, la respuesta de la perredista Claudia Bojórquez llegó cargada de sorna:
“Nos dice que (Rivera) trabaja desde los 15 años…Ternurita, millones de niños en este país trabajan desde los siete”.
Los panistas también le entraron al tema. El coordinador de la bancada azul, José Isabel Trejo, pidió que la compra de la “Casa Blanca” fuera la primera investigación que aborde el Sistema Nacional Anticorrupción.
Y planteó: ¿Tiene derecho la señora a su patrimonio? Sí. ¿Tienen derecho los mexicanos a saber el origen? Sí.
Todo ello lo sostenían de nueva cuenta.
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AYOTZINAPA, UNA HISTORIA QUE SE NIEGA A MORIR.- ¡Impactante! El tema no declina. Fueron miles y miles de personas -y no sólo jóvenes- las que marcharon este jueves por la tarde hasta la Plaza de la Constitución para exigir una vez más “¡Vivos los llevaron/Vivos los queremos!”.
La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa no sólo se desvanece (como algunos creen que pasaría) sino que crece y se multiplica. No sólo en México, en buena parte del mundo.
Y no, la respuesta no está en eso que algunos preguntan: ¿quién mece la cuna?
Sino en algo muy profundo que tocó en nosotros esta historia y que ha hecho salir a las calles a muchos miles que otrora miraban y escuchaban de lejos los reportes de muertes, desapariciones y violencia.
Porque los más que ayer acudieron al Zócalo, ténganlo por seguro, no llevaban afanes desestabilizadores.
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GEMAS: Regalito del vicecoordinador de la bancada perredista en San Lázaro, Miguel Alonso Raya, sobre la “Casa Blanca” de Angélica Rivera: “Lo que más coraje da a la gente, lo voy a decir tal cual, es que nos vienen a ver la cara de pendejos”.