Las resistencias que encontró Enrique Peña Nieto para poder designar a Aurelio Nuño Mayer como presidente del PRI se expresaron de entrada en una rebelión interna a nivel de militancia: no consideraban al jefe de la Oficina de la Presidencia como uno de los suyos.

 

Pero lo que más pesó para que el Presidente de la República diera marcha atrás en su pretensión de convertir a Nuño en el dirigente nacional del tricolor, fueron los estatutos del propio partido: No los cumplía.

 

Particularmente uno de ellos: “Haber desempeñado algún cargo de dirigencia”.

 

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Peña Nieto apechugó. Aceptó el deseo de la mayoría de los priistas y dio luz verde a Manlio Fabio Beltrones para suceder a César Camacho.

 

Pero el de la banda tricolor no tardó en hacer saber algunas de sus peticiones al sonorense. Fue el propio Nuño el mensajero: Deberá echar abajo algunos de los candados que impiden el paso a la nueva clase política que Peña Nieto quiere llevar al poder.

 

Beltrones lo comentó abiertamente al día siguiente de su comida pública con Nuño (el pasado lunes 10) en el Guría: El próximo año, después de las elecciones, el PRI tendrá su Asamblea Nacional y harán los cambios necesarios a los estatutos.

 

Según dejó ver Manlio Fabio (en una entrevista con El Primer Café de Canal 40) los principales cambios tendrían que ver con el acceso a cargos de elección popular.

 

No es para menos: el 2018 está a la vista y Peña Nieto quiere dejar en el poder a su propia clase política.

 

Así que el PRI se apresta a tirar los candados necesarios para tomar las riendas del partido y evitarse “burocracias” y “mezquindades” de viejos militantes que les impidan acceder al poder.

 

Falta ver, claro, hasta dónde se abren los candados a la hora de la hora.

 

Pero de que le toca a Beltrones cumplir su parte, le toca. Por lo pronto ya anunció que habrá Asamblea hacia octubre del año entrante y que quitarán algunos candados para abrir paso a otras generaciones.

 

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¿SABE POR QUÉ LO NOMBRÉ SECRETARIO?- En una comida de amigos, el cenecista de prosapia (es hombre de campo y diplomático a la vez) Augusto Gómez Villanueva contó una anécdota muy significativa de los viejos tiempos del PRI.

 

La historia data de los años 60, un día en el que al aguascalentense, entonces veinteañero, le tocó sentarse en la mesa de Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República.

 

En un momento dado –contó el ex embajador de México en Italia–, pasó frente a ellos el general Marcelino García Barragán. Se plantó ante Díaz Ordaz y le hizo el saludo militar. Luego siguió su camino (hacia el baño).

 

Entonces el presidente le comentó a Gómez Villanueva:

 

“¿Sabe por qué lo nombré (a García Barragán) secretario de la Defensa? Porque cuando le propusieron encabezar la rebelión henriquista (del general Miguel Henríquez Guzmán) se negó. Dijo que él había participado en la Revolución para hacer las cosas de otra manera (y no para quitar y poner presidentes a punta de fusil).

 

“Ni siquiera lo conocía cuando lo nombré…”, remató Díaz Ordaz.

 

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MEMORIAS Y CONGRESO DE LA CNC.- A propósito de anécdotas e historias, don Augusto Gómez Villanueva va a presentar sus memorias. Más bien parte de sus memorias, pues son las que están relacionadas con la tierra, el próximo 25 de agosto en el Museo Francisco Villa, en Durango, Durango.

 

Se titulan El campo que yo conocí.

 

Es un libro de más de 800 páginas que será comentado por su gran amigo Hugo Castro, secretario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, arrancando con ello los trabajos –que encabezará el senador Manuel Cota– del Congreso de la Confederación Nacional Campesina (CNC), a realizarse del 26 al 28 en la capital duranguense.

 

Los recuerdos de sus tiempos como diplomático vendrán luego, en otro libro.

 

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GEMAS: Regalito del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova: “El PVEM violó la ley, por eso fue sancionado, lo hizo de manera grave y por eso fue sancionado gravemente. Pero el conjunto de ilícitos en los que incurrió a lo largo de estos meses, no puso en riesgo ni el sistema de democrático, ni al estado constitucional”.