Aunque algunos no lo crean, en Michoacán se está dando una buena voltereta en las preferencias electorales. La maroma es de tal tamaño que el priista José Ascención Orihuela bien podría convertirse en el próximo gobernador del estado.
Y es que no sólo el candidato del PRI está subiendo en las encuestas, sino que el abanderado del PRD, Silvano Aureoles, está bajando notoriamente sus números; mientras que la panista Luisa María Calderón se mantiene con dificultades a la cabeza.
¿Por qué con dificultades? Porque La Cocoa Calderón apenas sobrepasa por uno o dos puntos a Chon Orihuela en las últimas mediciones. Pero si al priista le sumamos los votos del partido Verde –van en alianza PRI y PVEM– la balanza se inclinaría del lado del tricolor en estos momentos.
¿Qué ocurrió con Aureoles? Según los estudios que vimos, lo que más le está pegando al candidato del sol azteca es el tema de la inseguridad. La correlación que la ciudadanía hace de ese problema con los gobiernos perredistas; particularmente con el de Leonel Godoy (2008-2012).
Con decir que Godoy tiene peor imagen que Fausto Vallejo…
¿Qué más le afectó a Silvano? Pues que ya no está tan claro aquello de que él era el candidato oculto del PRI (de Enrique Peña Nieto) y que Orihuela simple y sencillamente sería sacrificado.
Desinflado ese globo, Aureoles va cayendo.
Y para que “no se hagan bolas” (Carlos Salinas dixit) ahí estuvo la declaración de Manlio Fabio Beltrones el sábado pasado en Morelia durante el registro de Chon Orihuela: “Silvano es mi amigo pero Chon es mi candidato”.
El caso es que los momios se están moviendo.
De una posible elección “de tercios”, según preveían hasta hace dos meses en los tres principales partidos que disputarán la plaza, la disputa en el arranque de las campañas (el próximo 5 de abril) apunta para ser sólo entre dos: PRI y PAN.
Con una candidata de Acción Nacional, por cierto, que no goza del afecto del dirigente nacional de su partido. ¿O acaso Gustavo Madero auspiciaría la recomposición del calderonismo desde aquella su tierra? Se ve difícil.
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NAVARRETE NO FUE BIEN RECIBIDO- Eran apenas un puñado, pero ni a ellos, ni a Cuauhtémoc Cárdenas les hizo ni tantita gracia que Carlos Navarrete se hiciera presente en el Monumento a la Revolución.
Y no porque sea exclusivo de los cardenistas el poder apersonarse ante el mausoleo de Lázaro Cárdenas para recordar el aniversario de la Expropiación Petrolera, sino porque Navarrete intentó sumarse al acto que realizaba el ingeniero.
De hecho, el presidente nacional del PRD esperó –junto con Silvano Aureoles– durante casi 20 minutos (en la esquina de La Fragua) a que llegara Cárdenas para caminar con él hacia la cúpula del Monumento.
Navarrete recibió un frío saludo. Unos pasos más allá un grupito reclamó su presencia: ¡Ustedes no tienen nada que hacer aquí!, ¡Hagan su propio evento! ¡Fuera Chuchos!, gritaron.
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EL DISCURSO DE CÁRDENAS.- El discurso de Cuauhtémoc Cárdenas en este 77 aniversario de la Expropiación Petrolera fue muy crítico. No sólo en el tono, sino en los datos duros que presentó y los cuestionamientos que planteó. Como éste:
La Ley de Ingresos –indicó– prevé una producción para el año de 876 millones de barriles, destinándose a la exportación 416.8. Así, la producción efectivamente cubierta representa sólo 26% del total o 54% de la exportación. Se presenta entonces un hueco fiscal de 11 mil 500 millones de pesos entre lo cubierto y el total de la producción, si el precio del barril se ubica en los 55 dólares.
¿Cómo se va a cubrir ese déficit?, preguntó Cárdenas. ¿Qué explicación se da para haber anunciado una cobertura de 100% cuando sólo se cubrió una parte? ¿Cómo se manejará ese faltante de ingresos: con recortes y más recortes?
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GEMAS: Obsequio de Cuauhtémoc Cárdenas: “Las agresiones del entreguismo no se detienen ni se acaban. Un golpe más se maquina entre el Ejecutivo y las mayorías pusilánimes del Congreso, que vincula a dos de los recursos naturales vitales para la vida de la Nación: el petróleo y el agua”.
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