A las 20 horas con 52 minutos (así lo muestran los videos), la figura de Joaquín Guzmán Loera desapareció de los monitores que enfocaban hacia su celda en el penal del Altiplano.

 

En el Centro de Control, dos agentes de la Policía Federal (PF) monitoreaban los movimientos del líder del Cártel de Sinaloa. Uno de ellos (Galicia Cuchillos) notó la ausencia. Habían transcurrido a lo más dos o tres minutos cuando tuvo la certeza de que algo andaba mal, que El Chapo ya no se veía por ningún lado.

 

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–¡Ya no está en pantalla!–, exclamó apurado ante su compañero, también de la PF, Miguel Ángel Flores Mirafuentes. (Serían para entonces, digamos, las 20:56 horas)

 

Los dos echaron a correr hacia el Centro de Inteligencia –situado a unos 20-25 metros del Centro de Control–, donde los agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) hacían su propio monitoreo, con mejores pantallas y otros instrumentos de inteligencia.

 

Tocaron fuertemente a la puerta. No recibieron respuesta. Golpearon entonces con más fuerza, insistentemente. Nada…

 

“¡Abran la puerta!”, demandaban a grito abierto a los agentes del Cisen, Juan Carlos Sánchez García y Daniel Aurioles.

 

“Parecía que iban a tirar la puerta”, narran quienes atestiguaron aquella escena.

 

Veinte minutos eternos transcurrieron hasta que los agentes del Cisen abrieron la puerta del Centro de Inteligencia a los de la Policía Federal (el reloj marcaría entonces las 21 horas con 17 o 18 minutos, aproximadamente).

 

¿Por qué tardaron los agentes del Cisen 20 minutos en abrir la puerta y confirmar la desaparición de El Chapo en las pantallas, y a partir de ahí seguir el protocolo correspondiente?

 

Según la declaración de Sánchez García, la imagen se congeló durante 30 minutos (desde las 20:48 –antes de la fuga– hasta las 21:18, cuando abren la puerta del Centro de Inteligencia). Y que a nadie le avisó de la pantalla en blanco.

 

Su compañero Aurioles declaró en cambio que la imagen del monitor se congeló sólo dos minutos a partir del momento en que se observaba a El Chapo viendo la televisión en la cama. Y que luego, cuando volvió la imagen, el sinaloense ya no estaba.

 

Fuera como fuera y hubiera sucedido lo que hubiera sucedido dentro del Centro de Inteligencia en esos 20 minutos, el hecho es que de acuerdo con esta secuencia las manecillas del reloj marcaban para entonces las 21 horas con 18 minutos, aproximadamente.

 

Es importante precisar esta secuencia, nos hacen ver, porque de acuerdo con los protocolos del penal, al perder de vista al reo en la pantalla el siguiente paso es enviar a dos miembros del personal a verificar el hecho hasta las puertas de la celda. No pueden ingresar, sólo mirar desde fuera y corroborar la ausencia. Y el siguiente paso es enviar a cuatro custodios a la celda a revisarla por dentro.

 

Comenzó entonces el corredero.

 

Leonor García García, directora del área jurídica, era la responsable en funciones en ese momento (cubría la guardia que le correspondía por rol al director técnico, Librado Carmona García) y estaba al teléfono en esos momentos.

 

Hablaba precisamente con el director del centro penitenciario, Valentín Cárdenas Lerma, reportándole un “sin novedad”. Escuchó el escándalo y salió a preguntar qué pasaba. Los del Centro de Control le respondieron que R4 (El Chapo) “ya no está…” “Ya no lo vemos…”

 

De las oficinas del Centro de Control hasta la zona de Tratamientos Especiales donde se hallaba la celda de El Chapo se hacen al menos 10 minutos. Y eso, corriendo.

 

Si esta línea de tiempo es correcta, sería hacia las 21:30 horas que los custodios del penal vieron el agujero que se hallaba al pie de la regadera de la celda –corroborando la fuga en ese momento– e ingresaron al túnel (tardarían hora y media en recorrerlo y salir a la construcción situada a medio kilómetro del cuartel del Octavo Regimiento Mecanizado del Ejército).

 

El Código Rojo se emitiría unos minutos después, a las 21:35 horas, según la información de la Procuraduría General de la República.

 

¿Qué dice el protocolo acerca del Código Rojo? Que la alerta se emite en cuanto el personal se percata de la ausencia del recluso: “El protocolo establece que el personal que lo detecta envíe un mensaje vía radio con el Código Rojo, especificando el área donde se presenta el evento”, explicaría en su momento Monte Alejandro Rubido, ex comisionado Nacional de Seguridad.

 

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