Guillermo Padrés Elías hizo todo lo que estuvo en sus manos para sonreír por el resto de su vida. Desvió y gastó dinero etiquetado para otros rubros: varias empresas están a punto de la quiebra, a centenas de acreedores que cumplieron en tiempo y forma los dejó colgados de la brocha y varios siguen exigiendo sus salarios. Echó la casa por la ventana para ganar las elecciones a través de Javier Gándara -quien le taparía todas sus corruptelas.

 

El ex gobernador panista, todavía en su despacho bien refrigerado, decía en voz alta a sus más cercanos colaboradores que se “chingaría” al presidente Peña Nieto, al “ojete” de Manlio y al “pinche” PRI.

 

guillermo padresPara lograr su objetivo, a través de redes sociales ofendió sin piedad a la hija del ahora presidente del Revolucionario Institucional, y mandó a un diario de circulación nacional la bitácora de vuelos de Beltrones, con fotos, claro, y preguntando de dónde sacaba tanto dinero para viajar. Sus mentiras no le funcionaron porque los electores ya no se chupan el dedo.

 

Se jugó el todo por el todo: si dejaba a un empleado en su lugar podría vivir tranquilo y no sería investigado por el desastre y desfalco que dejó en Sonora. Pero todo lo hizo mal, el orgullo y el poder lo cegaron. Se volvió loco. Varios de sus más cercanos colaboradores son cómplices del saqueo, pero él es el principal responsable del esquematizado robo.

 

Por eso, en la toma de posesión de Claudia Pavlovich estaba Padrés nervioso, no sabía qué hacer ni decir. Dibujó una falsa sonrisa en su rostro aquella noche y esos minutos se le hicieron eternos; como estos días que le son larguísimos cuando sabe que pronto llegarán las demandas, denuncias y el señalamiento público.

 

El expediente está listo, sólo falta la decisión final.

 

La misma suerte correrá Rodrigo Medina de la Cruz porque actuó igual que el azul: hizo todo lo posible para meter a un empleado como candidato del PRI, pero la decisión no estaba en él.

 

Al conocer la designación de su partido, luchó para que ganara su correligionaria porque sabía y sabe que El Bronco lo llevará ante los tribunales. Y claro que hay elementos: saqueó la entidad y enriqueció a los suyos. Él, de manera incalculable, aseguró su futuro.

 

El Bronco lo dijo claramente hace unas horas, frente al secretario de Gobernación: se le acabó la fiesta a los bandidos, o sea, a Medina de la Cruz y compañía.

 

Las preguntas ahora son: ¿Cuándo actuará Pavlovich en contra de Padrés? ¿Cuándo llegarán las primeras demandas en contra de Medina? ¿Pisarán la cárcel los ex gobernadores de Sonora y Nuevo León? ¿Quiénes irán junto con los ex mandatarios a los penales de máxima seguridad?

 

¿Defenderá el presidente Peña y el PRI a Medina, cuando saben que hay elementos suficientes para comprobar sus ilícitos? ¿Cómo actuará el nuevo Comité Nacional del PAN, que sabe en corto de sus fechorías, cuando empiecen las acusaciones contra don Guillermo?

 

El país nunca cambiará y no servirán las reformas estructurales emprendidas por este gobierno, ni las que pudieran venir, si no acabamos con la impunidad. Que se paguen las consecuencias y se aplique la ley es lo que esperamos los mexicanos, en particular los neoleoneses y sonorenses, porque les dejaron sus estados colgados en alfileres.

 

Todo indica que un panista y un priista de alcurnia pronto irán a la cárcel. Millones diremos: se lo merecían.