Mariano González Zarur, gobernador de Tlaxcala, rindió su sexto informe de gobierno y aseguró que deja una entidad con mayor número de empleos, con una sólida estructura en administración de justicia y la colocación del estado en la quinta economía con mayor dinamismo, con un crecimiento de 5%.

 

Entregará el cargo el 1 de enero de 2017 a Marco Antonio Mena Rodríguez, también priista, y aunque sonría por doquier y reparte abrazos sin cesar, sus gobernados lo recordarán, entre otras cosas, porque ganó con la construcción de la Ciudad Judicial.

 

Resulta que expropió terrenos colindantes a una de sus propiedades, lo que le valió una gran plusvalía a su patrimonio.

 

El periódico Reforma documentó en su momento el proceso de expropiación y la colindancia con sus terrenos, asunto que enojó mucho al primer mandatario estatal y acusó de mentiroso al diario en un discurso el 15 de mayo de 2014.

 

La colega Ana Laura Vázquez, corresponsal de los Junco en la entidad, se acercó al de origen libanés minutos después del acto, donde se defendió, y soltó la pregunta:

 

-Gobernador, disculpe si lo molesto, quisiera escucharlo respecto a lo que publicó Reforma sobre sus predios de la Ciudad Judicial.

 

-Sí, que usted es una mentirosa, ya me escuchó decirlo hace rato.

 

-Pero hay un documento de expropiación, donde viene su nombre. ¿Acaso es un error?

 

-Probablemente. Usted, cuando escriba, escriba con datos duros. Usted no dijo de un documento de expropiación. Momento, porque es una mentirosa. Usted dijo que yo hago la Ciudad Judicial para darle plusvalía a un terreno de mi propiedad. No tengo ningún terreno de mi propiedad. Entonces discúlpeme, sin faltarle al respeto, le digo que usted es una mentirosa.

 

Pero el documento de expropiación 012013, cita el nombre de Mariano González Zarur, como colindante de los inmuebles expropiados y también como quien actúa y refrenda el documento en términos de la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de la Administración Pública local.

 

Su amor a los helicópteros:

 

“Llegué por la puerta y subí las escaleras. No llegué en helicóptero”, aseguró a reporteros el 15 de enero de 2011, después de su toma de posesión, pero dos días después la Dirección de Aeronáutica Civil, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo multó por viajar en una nave de uso oficial y aterrizar en un lugar no autorizado. Así inició su mandato, con una vulgar mentira. Días más tarde se fue a la fiesta del senador Carlos Romero Deschamps, y le costó a los tlaxcaltecas 23 mil 928 pesos “por un aterrizaje sin autorización de la aeronave XC-LKW, según la boleta de infracción 657110032804”.

 

Por cierto, ese costoso aparato lo adquirió de manera irregular el entonces gobernador Héctor Ortiz, con el argumento de que lo administraría la Comisión Estatal de Seguridad para rescates y labores de seguridad, pero realmente sirve para transportar a altos funcionarios.

 

Se documentó, en múltiples ocasiones, que lo utilizó para visitar a sus colegas gobernadores, viajar a la Ciudad de México y hasta para ir de Huamantla a Calpulalpan, donde en su lujosa camioneta invertiría nada más 35 minutos. Por si fuera poco, transportó a distinguidas personalidades para que acudieran a tiempo a las fiestas que organizó.

 

En fin, se va Mariano González Zarur y Tlaxcala se queda muy revuelta, como lo dijo alguna vez el entonces diputado panista Humberto Macías: “Es una mentira que Tlaxcala sea segura; es un estado repartido entre criminales y autoridades omisas que quieren defender lo indefendible”.

 

Surte a Marco Antonio Mena Rodríguez, que obviamente hereda un problemón. Ya le reportaremos de su actividad a través de esta columna.

 

@GustavoRenteria

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