Uno de los riesgos de recibir un Gran Premio de Fórmula 1 hacia la parte final de la temporada es que en él haya poco o nada en disputa.

 

Ya el año pasado, el Autódromo Hermanos Rodríguez recibió un serial que de antemano conocía a su campeón, Lewis Hamilton, quien se había coronado matemáticamente una semana antes en el Grand Prix de Estados Unidos.

 

Por llevar el tema al extremo de la carrera final, desde 2011 no ha sucedido que la última vuelta del último Gran Premio del año decrete al monarca (Sebastian Vettel sobre Fernando Alonso), y lo común es que la diferencia sea tan grande como para que al campeón le sobren un par de etapas o hasta más, haciendo casi testimonial el cierre.

 

Afortunadamente, de cara al GP de México de este año, no sólo queda demasiado en juego, sino que incluso existe una posibilidad de que Nico Rosberg asegure el título precisamente en nuestro país –vale la pena recordar, el año pasado aquí ya se impuso y obsequió frases de amor como “Controlé toda la carrera, pero lo del podio ha sido increíble, lo mejor de toda mi vida. La energía que había y el apoyo era tremendo; de verdad le estoy muy agradecido a México”.

 

La victoria de Hamilton en Estados Unidos deja las cosas así: a Rosberg le basta con ser segundo sitio en las tres carreras que restan para garantizar su primera corona; como sea, si en el circuito del Hermanos Rodríguez, Hamilton fuera primero y le sacara tres lugares, entonces saldrían de México con el británico dependiendo de sí mismo para remontar; al mismo tiempo, si Rosberg resulta ganador, se va más que cómodo rumbo a su primer cetro; de hacerlo sin que Lewis obtenga puntos, ese mismo día garantizará el título.

 

Si ya el Gran Premio del año pasado fue espectacular en emociones y colorido, el de este año, como queda claro, es cosa seria y tensa. Se conoce la frágil relación de estos coequiperos en la escudería Mercedes y se sabe que cualquier decisión que otorgue cierta ventaja a alguno resultará por demás explosiva; a propósito de eso, el director de la escudería, Toto Wolff, decía este lunes que deben estar prevenidos ante un posible volcán –o su erupción– entre los dos pilotos. Por ello, en México tendrán que ir con pinzas y hacer su mejor carrera del año. Aquí, nada menos, se encenderá al máximo el campeonato o se resolverá de forma definitiva.

 

Los países que albergan las primeras 17 etapas del serial poseen a su favor que el Gran Circo del deporte motor llega abierto a sus pistas. La ventaja de la que ellos no disponen es la que hoy tiene México: acaso disfrutar del instante más intenso de la temporada.

 

¿Un pronóstico? Hamilton vencerá y encenderá todavía más la Fórmula 1.

 

Twitter/albertolati

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