La Cuenca del Río Colorado, que abastece tierras y a familias en California, Arizona, Colorado, Nuevo México, Nevada, Utah y Wyoming y la zona norte de México, ha perdido en los últimos nueve años agua suficiente como para llenar dos veces el Lago Mead, la mayor represa de Estados Unidos.

 

La mayoría de esa pérdida, el 75%, era parte de los mantos acuíferos en la zona, los cuales se reportan en agotamiento y ponen en riesgo el suministro del líquido a largo plazo, reveló un estudio dado a conocer esta semana y que aprovechó la información de un par de satélites meteorológicos de la NASA, puestos en órbita desde 2002.

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Para mayor comprensión esa agua equivale a la necesaria para abastecer a más de 50 millones de familias en un año.

 

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La Cuenca del Río Colorado (contorno negro) abastece de agua a 40 millones de personas en siete estados y zonas de México. Las ciudades fuera de la cuenca (sombreado rojo) también reciben agua del río. Imagen: US Bureau of Reclamation

 

Investigadores de NASA y de la Universidad de California en Irvine realizaron el que sería el primer estudio que cuantifica el volumen de las aguas freáticas que han utilizado los habitantes del oeste durante la sequía que azota a la región.

 

“Es estremecedora la magnitud de la pérdida… Nos quedamos boquiabiertos al ver la cantidad de agua que realmente se ha agotado en el subsuelo,” dijo Stephanie Castle, líder del estudio y experta en recursos hídricos en la Universidad de California en Irvine.

 

Desde 2004, según los investigadores, la cuenca del Colorado perdió 64.3 kilómetros cúbicos de agua.

 

Y de acuerdo con Wall Street Journal, el equipo determinó que las tasas más rápidas de agotamiento se produjeron en 2013, luego de uno de los años más secos en la historia.

 

Ello toma relevancia si se considera que a diferencia de las represas y otras aguas en la superficie, los mantos acuíferos pueden agotarse y jamás llenarse de nuevo, agregó Castle.

 

“No habíamos advertido la magnitud de los volúmenes de aguas subterráneas agotadas” en la región oeste, dijo Castle.

 

mantos_on_coloradoSin embargo, una desventaja de los datos obtenidos es que no pueden desagregar o desmenuzar si las reducciones de agua son resultado del aumento de bombeo o de menores tasas de recarga en la propia cuenca.

 

La cuenca del río Colorado abastece agua a unos 40 millones de personas y 1.6 millones de hectáreas de tierras agrícolas. Y sus mantos sirven para proteger a los consumidores, agricultores y ecosistemas en épocas de sequía.

 

¿Qué ocurre si ya no hay agua subterránea?“, se le preguntó Castle en entrevista telefónica. “Esa es la parte terrorífica de este análisis”, apuntó.

 

Mientras que el agua superficial en la cuenca del Río Colorado está estrechamente regulada por la Oficina de Reclamación de EU, los estados se quedan para regular las aguas subterráneas por su cuenta.

 

mantos_infographicLa sequía ha durado tres años en California, uno de los mayores productores agrícolas en EU. De acuerdo con el reporte de AP aunque el estado redujo el uso de agua superficial, carece de un sistema que regule o siquiera mida el consumo del líquido de mantos acuíferos.

 

Los investigadores de NASA y la Universidad de California en Irvine utilizaron información mensual de satélites meteorológicos de la misión GRACE para medir los cambios en la masa de agua en la cuenca, de diciembre del 2004 a noviembre del 2013, y aprovecharon los datos para vigilar el agotamiento de los mantos acuíferos.

 

“Cuando se suma la declinación de las acumulaciones de nieve y el crecimiento de la población, esto posiblemente amenaza la capacidad a largo plazo para satisfacer los compromisos de asignación de agua a los siete estados de la cuenca y a México”, precisó Jay Famiglietti, coautor del estudio y especialista en jefe de ciclos de agua en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en un comunicado.

 

Famiglietti destacó que “las escalas en el cielo” ya se habían utilizado antes para medir el agotamiento del agua subterránea en California y Medio Oriente.

 

Y para asegurarse de los resultados, comprobaron sus conclusiones con las medidas tomadas de 74 pozos individuales a lo largo del área de estudio. Las tendencias en los pozos acertaron a las de los datos satelitales. (Con información de Wall Street Journal, Washington Post y AP)