Después de que el presidente Enrique Peña Nieto anunció el “decálogo” para recuperar la confianza y la credibilidad en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad para la población, la pregunta que se hace la sociedad y la opinión pública es: ¿Y qué sigue?

 

A juicio de los observadores políticos, de entrada, los 10 mandamientos justicieros necesitarán la elaboración de un nuevo Pacto Federal, porque las acciones anunciadas tendrán que partir de la base de la colaboración entre los gobiernos estatales, municipales y el supremo gobierno que encabeza el primer mandatario.

 

Veamos, solamente a manera de ejemplo, tres primeras medidas que propone Peña Nieto:

 

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  • Ley contra la infiltración del crimen organizado, para que, en caso de que se tengan los indicios de infiltraciones, el federalismo asuma el control en los municipios.

 

  • Redefinición del sistema de competencias en materia de reforma penal, para que cada orden de gobierno asuma su responsabilidad.

 

  • 3. Creación obligatoria de 32 policías estatales únicas, una por cada entidad del país.

 

Las siguientes son algunas de las interrogantes:

 

¿Se producirá en automático la anuencia de la oposición para que el Poder Ejecutivo Federal intervenga en los estados y en el Distrito Federal cuando existan “indicios”? ¿Tiene idea el Presidente de la cantidad de municipios que la Federación tendrá que controlar a partir de esos “indicios”?

 

¿Aceptarán, gobernadores y presidentes municipales asumir sus respectivas responsabilidades cuando se “redefina” el sistema de competencias en materia penal?

 

¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que los 31 estados y el DF pongan en acción a las policías estatales únicas, si hasta ahora no han podido o no han querido establecer los controles de confianza para sanear los cuerpos policiacos existentes?

 
Otra cosita: De acuerdo con la clasificación del presidente Peña Nieto, existen cuatro estados que requieren de inmediato acciones contra la inseguridad y la violencia, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Tamaulipas, y tres que serán fuertemente apoyados por el gobierno federal para que salgan de la miseria ancestral, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. La pregunta surge de inmediato: ¿nada más esos?

 

Hay quienes afirman, con razón, que si las 10 acciones anunciadas hubiesen sido emprendidas desde el principio del sexenio, tal vez otro gallo nos estaría cantando.

 

Pero como dicen por ahí que el “hubiera” no existe, lo único que le queda a la población es que a partir de hoy, día 28, y todos los meses en esa misma fecha que se venera a San Judas Tadeo, le prendan una veladora y le pidan que ilumine a los integrantes de los tres Poderes de la Unión.

 

Por cierto, luego del mensaje, el senador Emilio Gamboa afirmó que los 10 puntos que fijó el Presidente nos dan un rumbo nuevo, una nueva etapa en materia de reformas que se van a alcanzar en el Legislativo. Lamentó la posibilidad de que haya grupos que se opongan a estos cambios.

 

Y ya que hablamos de solidaridad y apoyo, los representantes de los gobiernos participantes en la III Reunión de ministros iberoamericanos de Trabajo (celebrada en Cancún, Quintana Roo) respaldaron los esfuerzos del presidente Enrique Peña Nieto para llevar a México a un mayor crecimiento económico, un mejor desarrollo social y un fortalecimiento democrático. La tolerancia, la expresión no violenta y el diálogo son los caminos para alcanzar lo anterior, dijeron.

 

AGENDA PREVIA

 

A los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar, Fernando Franco, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Margarita Luna Ramos y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, se les olvidó la frase que desde que hace muchos años acuñó el difunto líder Fidel Velázquez que decía: “El que se mueva no va a salir en la foto”. Esto viene a colación porque los ministros antes mencionados se están moviendo demasiado, inclusive 2 de ellos contrataron a sendos voceros oficiales y oficiosos para promoverse públicamente.

 

El colmo de la “grilla” por la silla en la Suprema Corte de Justicia de la Nación es que Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien apenas tiene unos meses que lo nombraron miembro del alto tribunal judicial, quiera llegar a la grande. Por cierto, dicen los malosos de la “tremenda Corte” que cuando el ex presidente del SAT fue nombrado ministro por obra y gracia del ex presidente Felipe Calderón, no sabía bien a bien dónde estaba ubicado el edificio de la Suprema Corte.