Los analistas financieros bisoños se quedaron medio perplejos después de conocer el resultado del referéndum al que convocó el gobierno de Grecia para que los ciudadanos de aquel país decidieran si quieren seguir con las recetas del Fondo Monetario Internacional o mandar al diablo el tratamiento financiero que les recomendaron, el cual ha resultado bastante amargo.

 

La sociedad griega votó por el “No”, lo que puso los pelos de punta a los miembros de la eurozona y generó incertidumbre en otros países, incluyendo México, aunque aquí rápidamente el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani –quien se siente secretario de Hacienda– declaró que estamos preparados para enfrentar los efectos de la crisis griega.

 

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Lo que no se explican los observadores es por qué la media perplejidad de los analistas, si desde hace varios meses era bastante predecible que Grecia iba a poner a temblar a los países que integran la Comunidad Económica Europea, amagando primero con “salirse del huacal” y convocando después a un referéndum para que la sociedad decidiera. Hace cinco meses comentamos en este espacio lo siguiente:

 

Parece alentador que el electorado griego haya votado por un partido de izquierda que ofrece enfrentar las draconianas y asfixiantes políticas económicas, financieras y sociales impuestas desde hace varios años por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea (la troika), y que han dejado a la patria de los difuntos Sócrates, Aristóteles y Platón en calidad de muerto fresco.

 

El nuevo primer ministro griego prometió en campaña sustituir las medidas de austeridad, luchar contra la corrupción y el clientelismo, además de reducir y renegociar la deuda… lo que no está nada fácil pues los integrantes de la troika no quieren dar su “brazo a torcer”.

 

De inmediato surgieron los reclamos de aquellos que le han prestado a Grecia en los últimos seis años miles de millones de euros. ¡Qué respete los acuerdos que asumió Atenas para evitar la quiebra del Estado!, le gritan primeros ministros de otros países que también tienen miedo de que la posición de Grecia contagie a dos que tres naciones de la Comunidad Económica Europea.

 

¡Populista financiero!, le espetan otros detractores del primer ministro griego, quien les responde: “Estaremos listos para cooperar y negociar con nuestros prestamistas una solución que sea justa y mutuamente benéfica”. O sea, háganle como quieran, y de entrada el ministro de Finanzas griego les hizo saber que no reconocen ni a la troika ni el último acuerdo de rescate financiero de siete mil millones de euros. La deuda actual de Grecia representa el 175% del producto interno bruto. El Estado, les recordó, sí tiene viabilidad, lo que no tiene viabilidad es la cuantiosa deuda, subrayó.

 

Grecia pues está a punto de vivir semanas y meses diabólicos porque aquel país será puesto contra la pared con el riesgo de ser “fusilado” por el Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional

 

(Hasta aquí el comentario de hace cinco meses)

 

Ahora, después del resultado del referéndum ya nada más falta saber si “fusilan” al primer ministro, o los mencionados organismos financieros “le dan respiración de boca a boca” a su gobierno con una renegociación de la deuda, con su respectivo descuento, claro.

 

AGENDA PREVIA

 

Los que si se quedaron completamente perplejos, fueron los agroyuppies que escucharon al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jesús Murillo Karam (“El Cansado”), decir:  “El desarrollo agrario es la base de la paz y el sustento del país, por lo que es necesario fortalecer la normatividad jurídica para garantizar certeza y seguridad al patrimonio de las familias en el campo mexicano”, por lo que consideró necesario analizar modificaciones a la ley que rige el sector agrario, de manera que se impulse más la producción y el crecimiento del agro en nuestro país.

 

¡Ay, Jesús, ay, Jesús!, exclaman los agroyuppies.