La secretaría de Hacienda tiene desde hace varios meses entre sus pendientes una iniciativa -no se sabe si de ley o un simple análisis- en donde propone incrementar el salario mínimo, comentaron al columnista funcionarios del gobierno Federal. Sin embargo, en todas las dependencias que tienen injerencia en este importante asunto recibieron la siguiente instrucción: “Engarrótenseme ahí… hasta que se resuelvan algunos temas que son mucho más relevantes para el país”. A saber:

 

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1)    La aprobación de la reforma energética con sus leyes reglamentarias, promulgación, fotos para la historia, etcétera. (Proceso que está a punto de concluir).

 

2)    Resolver el mediocre crecimiento de nuestra economía. (Lo que no va a ocurrir este año, sino hasta 2015, si es que no se presentan factores externos que trunquen esa posibilidad).

 

3)    Aumentar la competitividad que ha estado por los suelos en los últimos años (Lo que podría ocurrir a largo plazo).

 

4)    Desvincular los salarios mínimos de la inflación y de otros indicadores para que nadie salga perjudicado. (Lo que no va a pasar de la noche a la mañana, pues hay que negociar con diversas instituciones).

 

5)    Reformar la Ley Federal del Trabajo que tiene casi 300 ordenamientos, la mitad de los cuales son referidos al salario mínimo sin que tengan que ver con el mismo. (Pues hay que ver quien quiere aventarse otra reformita).

 

En otra parte del análisis que tiene la Secretaría de Hacienda, se reconoce que el salario mínimo que perciben casi siete millones de personas es una miseria -aunque no lo dicen con esas palabras, claro-; que ha perdido el poder adquisitivo en más de 75% y que para empezar a recuperarlo se requiere un salario de 137 pesos. También señala que 9.5 millones de mexicanos viven con 2.5 salarios o menos. ¡Pero esta crítica situación no se va a resolver con foros como el que organizó ayer el Jefe de Gobierno del D.F.! Insisten los funcionarios del gobierno.

 

Los informantes dijeron al columnista que Miguel Mancera y su gabinetazo sabían de la iniciativa, análisis, o lo que sea que tiene pendiente la Secretaría de Hacienda. “Incluso le dije a Miguel que era muy bueno debatir el tema, pero que no era el momento político y económico”, precisó uno de los susodichos funcionarios. Todo indica entonces que a Mancera y a Salomón Chertorivski les “valió gorro” la sugerencia, recomendación, conseja  y pusieron el tema para que sea discutido “urbi et orbi”.

 

A la propuesta del Jefe de Gobierno de incrementar el salario mínimo a los 100 pesotes diarios -en lugar de los 69.29 que rigen actualmente- los informantes dijeron: “Que le aumente a los trabajadores de su gobierno lo que quiera… a ver de dónde saca la lana”.

 

Un observador, que no está contemplado dentro de los que reciben de uno a 2.5 salarios mínimos, comenta: Que no le busquen mangas al chaleco ni el secretario del Trabajo, ni el dirigente panista, ni el jefe de gobierno del D.F., opinando sobre los salarios mínimos (en otras palabras: ¡que no se queden perplejos!).

 

La solución es muy simple, y los mencionados “políticos” la tienen frente a sus narices -sobre todo “Maderito”-: Hay que agarrarle la palabra al manso Cordero, quien dijo hace tres años que una familia mexicana podía vivir de pocas tuercas con seis mil pesos al mes. Seis mil mensuales entre 30 días tocan a 200. O sea, salarios mínimos de 200 pesos diarios, y se acabó el problema. Y sugiere: Antes de hablar del tema hay que consultar a los que deveras le saben al asunto, como el insigne panista, señor licenciado y senador Ernesto Cordero Arroyo.

 

AGENDA PREVIA

 

La conclusión del proceso legislativo de la reforma energética en los próximos días cerrará el ciclo de las reformas económicas transformadoras -de telecomunicaciones, financiera, de competencia económica y la energética- que tendrán un efecto multiplicador en la productividad nacional y el crecimiento económico con un desarrollo sustentable y equitativo, dice el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

 

Esta declaración parece confirmar que no habrá  la Gran Reforma Transformadora del Campo (así con mayúsculas), que prometió para este año el Jefe del Ejecutivo Federal. ¡Ni modo, ahí será para el otro sexenio! Total, ya tenemos la Ley de Hidrocarburos y la Ley de la Industria Eléctrica que tendrán un importante impacto en el campo, señalan los expertos.

 

Los “agroyuppies” preguntan: ¿Y entonces qué pasó con el circo, perdón, con los foros, mesas de diálogo, de análisis; encuentros que realizaron en diversos estados de la República con los productores de granos, frutas, hortalizas, del sector pesquero y otros? Pues nada. Ellos mismos sabían que, “one more time”, les estaban dando “atole con el dedo”, aunque no faltaron los ingenuos que tomaron en serio el asunto.