¡Ay, la hipocresía, perdón, la unidad!, exclamaron algunos observadores políticos, cuando el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) presentó al Presidente de la República la “Agenda Pública del Sector Privado”, donde plasman una estrategia para generar más y distribuir mejor la riqueza, ser capaces de atraer y retener más inversión y talento, entre otras cositas.

 

 
“No sólo tenemos que ofrecer oportunidades para los hermanos migrantes que regresan al país, sino que debemos ser una nación de donde nadie sienta la necesidad de partir, donde todos tengan la posibilidad de construir una vida, un hogar, una familia…”, dijo Juan Pablo Castañón. ¡Demagogia recargada!, le respondieron aquéllos. Y es que en la realidad no existe ningún plan ni del sector público ni del privado para darles casa, vestido y sustento; lo más que han ofrecido son ayuditas de hasta 25 mil pesos para poner un puesto de gelatinas, tamales, quesadillas…

 

 
Para construir la “Disneylandia Mexica”, los empresarios proponen cinco objetivos fun-da-men-ta-les, de los cuales comentaremos dos.

 

 
Primero. Fortalecimiento institucional. Necesitamos, dicen, fortalecer un pleno Estado de Derecho en todo el país. “Tenemos que profesionalizar a las fuerzas policiales. Mejorar la procuración e impartición de justicia y terminar con la violencia que afecta a nuestras ciudades, a nuestras familias para contar con un México en paz. Debemos crear una cultura de legalidad, donde se rechace la corrupción y, cuando ocurra, se persiga y se castigue en las empresas y en los gobiernos. Por eso es imprescindible terminar de consolidar nuestro Sistema Nacional Anticorrupción, porque ningún impulso a la actividad productiva será suficiente si no existe el imperio de la ley”, expuso Castañón.

 

 
¡No “manches”, Pablito; ése es un sueño guajiro!, responden los críticos de los “cupuleros”. Desde hace décadas, no sólo los empresarios, sino todos los sectores de la población llevan proponiendo lo mismo, y cada vez estamos peor en esos renglones, porque nadie se atreve a “agarrar al toro por los cuernos”.

 

 
Segundo. Política Económica y Eficaz. En este renglón, Castañón aprovechó para “refrendar el llamado de los empresarios a que los gobiernos, en sus tres órdenes, se ajusten el cinturón, a que se realice un verdadero esfuerzo para reducir el gasto público, porque de 2009 a la fecha, a pesar de los recortes, los gobiernos en México han gastado cada vez más… la tarea de administrar eficientemente los recursos recae exclusivamente sobre el sector público. ¡Ahí te hablan, Luis Videgaray! ¿O se habrán referido a José Antonio Meade?

 

 
Según Castañón, las propuestas de su Agenda tienen el potencial para elevar el crecimiento económico anual en, por lo menos, 3.5% en los próximos años, y lograr un crecimiento sostenido de hasta 5%, a partir de 2020.

 

 
¡Videgaray, sin esa agenda prometió lo mismo para 2018, apá!, le recuerdan a Pablito.

 

 
¡Nosotros sí vamos a cumplir!, pareció responder el empresario. Es más, si logramos implementar estas medidas, en 2040 los mexicanos podríamos tener un nivel de vida comparable al de los países de ingreso medio alto; es decir, en la puerta del primer mundo.

 

 
¿Cuántas veces, políticos y empresarios nos han prometido lo mismo? Pero además, en 2040, lo más probable es que la mayoría de los 60 millones de “jodidos” que actualmente existen hayan pasado a mejor vida; ya estarán “calacas”, pues.