Por el tono del discurso de Luis Raúl González Pérez en la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos 2016, parece, nada más parece, que ya puso fin a sus diferencias con el general secretario de la Defensa Nacional sobre la actuación del ejército en la lucha contra la delincuencia organizada y desorganizada o que ya se convenció que a estas alturas del partido nadie más que las Fuerzas Armadas pueden hacer esa ingrata chamba.

 

Para quienes no lo registraron, o ya lo olvidaron, hace poco más de un año el general Salvador Cienfuegos y el presidente de la CNDH se enfrascaron “en lo oscurito” en agrias discusiones sobre tan escabroso asunto; llegaron a tal punto que algunos malosos propusieron: para qué discutir el asunto si lo pueden resolver a…, perdón, dialogando.

 

Luego del discurso del secretario Cienfuegos el fin de semana pasado, donde declaró que el ejército no quiere estar en las calles para combatir a los delincuentes, sino regresar a los cuarteles para hacer sus tareas constitucionales, y denunciar que la tropa no se siente a gusto en las calles porque ninguno de los soldados estudió para perseguir a delincuentes, González Pérez reconoció que la seguridad pública es una función que corresponde y debe estar a cargo de instituciones de carácter civil; que las Fuerzas Armadas deben volver a los cuarteles cuando las condiciones del país así lo permitan… debiéndose establecer, para ello, una ruta gradual y verificable. El carácter extraordinario de su participación en tareas de seguridad pública no debe asumirse como algo permanente o promoverse que así sea.

 

¡Hasta se vio como el vocero del secretario Cienfuegos!

 

Y a propósito del tema, algunos observadores preguntan si en el período extraordinario al que convocará el Senado de la República habrá definición en torno a la demanda del secretario general, Salvador Cienfuegos, si se tomará en cuenta la opinión de voces experimentadas sobre el asunto o van a seguir “pateando el bote”.

 

Al respecto, a principios de este año, el ex gobernador y militar Joaquín Hendricks habló en el Instituto Ortega y Vasconcelos, donde expresó: “La creación de la Gendarmería es parte del eje rector México en Paz, del presidente Enrique Peña Nieto, institución que en teoría asumiría las funciones que transitoriamente realizan las Fuerzas Armadas. Pero faltó precisar cuándo se haría realidad ese sueño.

 

Desde entonces, Hendricks sugería que se estableciera un plazo, con presupuestos multianuales y hasta transexenales para poder cumplir con el objetivo de regresar al ejército a sus cuarteles. “De confirmarse que es la Gendarmería el órgano llamado a sustituir a las Fuerzas Armadas en las tareas de policía, valdría la pena revisar el tiempo y otros factores inherentes a la formación de sus miembros a fin de garantizar la solidez de los principios y valores que se les inculcan”, reiteraba.

 

¡Pero no “lo pelaron”! A ver si ahora que el general secretario volvió a la carga sobre el asunto le hacen caso.

 

Agenda previa

 

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, se reunió ayer con ex titulares de esta dependencia para hablar de los retos que México enfrenta actualmente por la coyuntura económica mundial. Estuvieron presentes Pedro Aspe, Francisco Gil Díaz, Ernesto Cordero, Agustín Carstens, Jaime Serra Puche y David Ibarra Muñoz (faltó Guillermo Ortiz, quien al parecer está de vacaciones en Vail, Colorado).

 

¿Será que Meade no sabe qué hacer para enfrentar la crisis y por eso pide ayuda?, preguntan los malosos.