En el lugar laboran los servicios de emergencia, por lo que exhortó a los automovilistas a utilizar como alternativa la autopista México-Toluca

La semana pasada, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, perdón, José Antonio Meade, escribió un nuevo capítulo para la historia de la banca de fomento del Gobierno federal, mejor conocida como la “banca del subdesarrollo”, al designar a nuevos directores de tres instituciones, entre quienes destaca “Ricitos de Oro”, que de banca no sabe nada, pero es algo así como “el Tío Gamboín”, por aquello de “amigo de todos los funcionarios públicos”, incluyendo a uno que otro pillín.

 

Después de su cuestionado paso –por aquello del conflicto de intereses– en la Secretaría de la Función Pública, dependencia que se ha convertido en “tapadera” de funcionarios corruptos, Virgilio Andrade fue recompensado con la dirección del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), que al igual que otros bancos de fomento funciona como “deshuesadero” de políticos. En este sexenio han pasado por ahí Jorge Estefan Chidiac (diputado federal dos veces, entre otros cargos políticos), Alejandra del Moral (diputada y alcaldesa de Cuautitlán) y María Fernanda Casanova, que estuvo unos cuantos meses.

 

En la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), Videgaray, y dale con lo mismo, Meade, designó a Mario Zamora Gastélum, funcionario que tiene experiencia en el sector financiero rural; sustituye a Juan Carlos Cortés García, quien en tres años transformó a esta institución de negro historial (“remember” Banrural y la “Cueva de Alibabá”), en un banco de fomento al servicio de los pequeños productores, en especial a los que se encuentran en los municipios marginados del país, con tasas máximas de 7% anual. La colocación de crédito casi se duplicó de 2013 a 2016. El año pasado, más de 490 mil personas fueron beneficiadas con créditos, cifra que representó un crecimiento de 75% con respecto a 2013. Los ingresos totales de la Financiera pasaron de dos mil 690 millones de pesos a cuatro mil 318 en el mismo lapso, entre otros logros.

 

Al Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) mandaron a Francisco Nicolás González Díaz, quien cuenta con una trayectoria de más de 15 años en el sector bancario; ha laborado en diversas áreas de crédito, riesgo, evaluación de proyectos, tesorería, adquisiciones y administración de activos, tanto en el sector privado como en el público. González Díaz ha sido embajador de México en Alemania, consejero comercial de Bancomext y director general de ProMéxico. A ver si logra rescatar a esta institución, a la que Enrique de la Madrid Cordero (primer director en este sexenio y una de las “fichas” políticas de Videgaray) dejó “para el arrastre”, pues él lo que quería era la Secretaría de Agricultura.

 

Por cierto, dicen los malosos que el lugar de González Díaz en ProMéxico lo ocupará Paulo Carreño, el promotor de la “marca Patito”, perdón, “marca País”.

 

Extrañamente Luisito, perdón, José Antonio, no designó a nadie en Banobras, que se encuentra acéfala, luego de que Videgaray se llevó a Relaciones Exteriores a Abraham Zamora, que si de banca de fomento no sabe nada, pues menos de asuntos diplomáticos. ¡Pero es amigo del señor! Lo que cuenta mucho.

 

En Nacional Financiera, a pesar de lo que dicen sus detractores, Jacques Rogozinski está firme en el puesto. En la Sociedad Hipotecaria Federal, Alberto Cano Vélez sigue inamovible, a pesar de que la institución trae un boquete financiero del tamaño del Titanic. ¡Lo importante de ser amigo del “ex Jefe de Jefes”, pues!

 

Así está el panorama en la “banca del subdesarrollo”, que, según el verdadero secretario de Hacienda, sería en este sexenio “el motor del desarrollo de México”.