Petróleos Mexicanos, una de las 100 compañías más grandes del mundo, presentó la semana pasada su Plan de Negocios 2016-2021 (que ya está en ejecución y registra avances importantes), en el que se establecen acciones que permitirán a la nueva empresa productiva del Estado alcanzar superávit primario el próximo año y lograr el balance financiero en 2019/2020.

 

El director de Pemex, José Antonio González Anaya, señaló que en 2016 se cumplirá el ajuste presupuestal anunciado en febrero por 100 mil millones de pesos, e incluso se rebasará la meta de ahorro planteada, alcanzando 35 mil millones de pesos (seis mil millones de pesos por arriba de lo programado), gracias a las medidas de austeridad. En la misma línea, la totalidad del adeudo con proveedores del año pasado está liquidado o se encuentra ya calendarizado y se hizo también una reestructura corporativa, reduciendo en 40% la plantilla de altos mandos de 2015. Este ambicioso programa de ajuste se encuentra en línea con las medidas implementadas por otras grandes petroleras en el mundo, y el hecho de haberlo cumplido respalda los objetivos y metas planteadas para los próximos cinco años, subrayó “Pepe Toño”.

 

El Plan de Negocios impulsa la formación de alianzas a lo largo de toda la cadena de valor de Pemex como un mecanismo para incrementar sus inversiones y su eficiencia. Estas herramientas ya son una realidad; ahí está la licitación para aguas profundas en el bloque Trión y las próximas migraciones en aguas someras (en los pozos Ayin y Batsil) y campos terrestres (Cárdenas-Mora y Ogarrio), recordó el director de Pemex, quien hizo hincapié en que las acciones planteadas permitirán reemplazar la declinación natural de la producción de Cantarell para después estabilizarla e incrementarla en el mediano plazo, así como eficientar la operación de las refinerías y eliminar las pérdidas en el Sistema Nacional de Refinación para el año 2021.

 

Sobre el presente y futuro de la nueva empresa productiva del Estado, los especialistas en materia energética opinan que en las diversas aperturas que se han dado en el mundo, las empresas del Estado, si bien tuvieron un tamaño menor por razones de eliminar el monopolio, salieron fortalecidas (Repsol en España; Statoil en Noruega, Petrobras en Brasil y otras). En el caso de México no ven un Pemex fortalecido, sino debilitado. Pareciera, dicen, que el Estado no está interesado en fortalecerlo como la empresa dominante en un mercado abierto o, tal vez, no sepa cómo hacerlo. El ejemplo más evidente es que no tiene recursos para operar. ¡Cómo es que hace unos días la refinería de Salamanca suspendió operaciones por falta de insumos! Exclaman.

 

Por otro lado, se entiende que es necesario desincorporar algunas áreas como Fertilizantes, Etileno, Exploración. Pero las dos áreas sustantivas PEP (Exploración y Producción) y Refinación y Comercialización deben constituir el “core business” de Pemex, no cubriendo todo el mercado como cuando era monopolio, pero sí con perspectivas de largo plazo de ser la empresa dominante.

 

Y eso no se ve ni se siente en el comentado Plan de Negocios de Pemex, dicen los especialistas.

 

¿O sea que se tardaron más de 20 años diseñando y promoviendo la reforma energética ideal para que a la “gallina de los huevos de oro negro” no le torcieran el pescuezo, y no supieron cómo hacerla? Preguntan los perplejos.