Qué tan grave será la situación en Banamex como para que el secretario de Hacienda, el subsecretario de la misma dependencia, el procurador fiscal, el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México y otros personajes hayan salido prácticamente a declarar que el banco está más sólido que nunca a pesar de los descalabros que ha sufrido por un par de fraudes, de las renuncias obligadas de su director general, y de la inminente caída de otros ejecutivos de alto nivel.

 

Vayamos por partes. ¿Por qué el nuevo presidente de la AMB, Luis Robles Miaja, en su primer acto como tal “toca base” con el secretario de Hacienda, el gobernador de Banco de México, el titular de la CNBV para decirles que no hay de qué preocuparse? ¡Pues porque a lo mejor es aficionado al beisbol y como está a punto de arrancar la serie mundial, pues no quiso equivocarse!, exclaman los malosos.

 

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Esto dijo Robles sobre el asunto que nos atañe: “le expresé al señor secretario de Hacienda y Crédito Público que la banca está comprometida con el desarrollo de México, y que comparte la visión de país que ha impulsado el presidente Enrique Peña Nieto y las principales fuerzas políticas. Finalmente… que la banca trabajará codo con codo con las autoridades para lograr hacer realidad esta oportunidad única que tiene México y que no podemos dejar de aprovechar…”

 

¿Acaso era necesario reiterar esos buenos propósitos?

 

Otro banquero, Javier Foncerrada, quiso tapar la inmundicia que de repente brota de algunas instituciones bancarias, incluyendo a tan publicitado banco, con el siguiente discursito: “Cuando nosotros prestamos dinero a las empresas y a quien nos lo va pidiendo, estamos asumiendo el riesgo de que no nos pague. Y lo importante es que la banca haga una buena medición de sus riesgos; no se trata de no tomar riesgos, porque el que no toma riesgos no puede prestar (…) Y parte de lo que sucede es que a veces hay fraudes, pequeños, medianos, muy grandes. Cuando salen estos últimos también forman parte de la medición; tenemos riesgos operativos entre los cuales están este tipo de suplantaciones o de hechos fraudulentos que no los podemos evitar…”

 

Bueno, una cosa es que no los puedan evitar y otra que los mecanismos de control tanto de los bancos como de la autoridad supervisora tengan tantos hoyos como una coladera, por decir lo menos.

 

Sorpresivamente, Luis Robles pareció desmentir a su compañero de banca cuando declaró en el mismo evento lo siguiente: “…En el caso de Oceanografía, el que detectó el fraude fue el banco con sus mecanismos de control interno… lo que significa que sí hay controles para detectar el fraude…” ¡Organícense, organícense banqueros!, gritan los espectadores.

 

Para quienes piensan que por los fraudes conocidos y por conocer en algunas instituciones, los bancos tienen mala reputación, se equivocan, respondieron los banqueros. Nosotros cada vez somos más reputados. ¡Ah, bueno!

 

El presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jaime González Aguade, dijo por su parte: “Reiteramos que tanto Banamex en lo particular, como el sistema financiero en lo general, mantienen índices de desempeño financieros sólidos. Las autoridades financieras continuarán trabajando para asegurarse que todos los participantes del sistema financiero mexicano cuenten con un gobierno corporativo adecuado que asegure prácticas transparentes y que inhiba conductas nocivas para el propio sistema…”

 

No podía faltar el comunicado conjunto de Banxico, Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria para tratar de “taparle el ojo al macho”, dirían algunos observadores.

 

“Las autoridades financieras reafirman con este hecho (la multita por el fraude de Oceanografía a Banamex), su decisión inquebrantable de supervisar, vigilar y sancionar, en el marco de sus atribuciones, cualquier falta a la normativa aplicable, con el fin de inhibir conductas infractoras por parte de las entidades financieras, así como de las personas físicas y demás personas morales que realicen actividades previstas en las leyes relativas al sistema financiero mexicano”, dijeron.

 

Los sospechosistas preguntan: ¿Cuántos más descalabros esconden?