Pese a que cumplen con una labor fundamental, que es preservar la seguridad de los ciudadanos, los policías en México operan sin que exista la mínima transparencia en sus controles internos y sin que organismos independientes puedan auditar de forma real su desempeño.

 

Así lo advirtieron ayer el Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde) y el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), los cuales consideraron que la situación es preocupante porque esta opacidad se suma a un sistema de control de confianza que es insuficiente y está “colapsado”.

 

En sus últimas dos ediciones impresas 24 HORAS publicó que los más de 600 policías congelados e investigados por presuntos nexos con el crimen organizado en Guerrero y en Ixtapan de la Sal, Estado de México, ya estaban certificados y supuestamente eran “confiables”.

 

Ernesto López Portillo, presidente del Insyde, advirtió que estos son ejemplos de las fallas institucionales que se padecen en el sistema de seguridad en México, y que van más allá de solo un tema de personas que son aptas o no para ser policías.

 

“Podemos estar corriendo policías y el cambio de personal podrá seguir al infinitum, pero sino modificamos las reglas de cómo funcionan las instituciones no va a cambiar la situación”, indicó.

 

El experto en temas de seguridad y desarrollo policial subrayó que uno de los problemas fundamentales es que las áreas de Asuntos Internos, que son las que se encargan de investigar el desempeño de los policías, operan en medio de la opacidad y la nula rendición de cuentas.

 

“Estamos a ciegas en materia de control interno de la policía (…) tenemos las Unidades de Asuntos Internos pero no existe un diagnóstico de éstas. Al menos 30 estados tienen estas unidades pero no sabemos si funcionan, porque el público no accede a la información”, indicó.

 

Las unidades de Asuntos internos, agrega el titular del Insyde, son vitales porque su investigación es la que deriva en una acusación administrativa o penal. El tema es que forman parte de las mismas corporaciones policiales, es decir, se indagan entre ellos.

 

Francisco Rivas , director del ONC, recordó que ya se dio un caso en Distrito Federal donde el jefe de Asuntos Internos lideraba una banda de agentes corruptos y a ellos nadie los investigaba.

 

López Portillo hizo hincapié en que urgen mecanismos de auditoria externa a los cuerpos policiacos. Recordó que en Estados Unidos hay cientos de auditores que se dedican a esta función. En México apenas en Querétaro se implementó este mecanismo, pero es el único caso en el país.

 

Des-confianza

 

En cuanto a las pruebas de control de confianza, Rivas dijo que la sociedad civil está de acuerdo en que se apliquen exámenes a los policías, pero subrayó que no puede ser el único mecanismo de control y deben existir otras opciones, como por ejemplo el análisis de desempeño de cada uno de los uniformados.

 

“Hay sociópatas que pueden burlar fácilmente el polígrafo, eso está claro (…) se necesitan otros mecanismos que complementen el procedimiento”, indicó.

 

López Portillo señaló que es evidente que la certificación policial está “colapsada”, pues los casos de Guerrero, Tabasco, el Estado de México y varios sitios más, con policías “confiables” involucrados, evidencian que las evaluaciones son insuficientes.

 

Deben implementarse, dijo, medidas complementarias como por ejemplo los sistemas de “alerta temprana” en corporaciones policiales que permiten detectara policías que pudieran estar en riesgo de corromperse antes de que incurran en delitos, para que sean orientados y capacitados.