CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Francisco advirtió hoy que acostumbrarse a la violencia cotidiana, a la degradación de las ciudades y a los comportamientos no cristianos “narcotiza el corazón” de las personas.

 

Durante la audiencia general de los miércoles, ante varios miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, advirtió contra la “aceptación pasiva” de realidades tristes como el degrado y la miseria.

 

“Nos acostumbramos a la violencia, como si fuese una noticia cotidiana descontada; nos acostumbramos a hermanos y hermanas que duermen en la calle, que no tienen un techo para protegerse. Nos acostumbramos a los prófugos en busca de libertad y dignidad, que no son acogidos como se debe”, señaló.

 

Lamentó que los fieles acepten vivir en una sociedad que pretende menospreciar a Dios y en la cual los padres ya no enseñan más a los hijos ni a rezar ni a hacerse la señal de la cruz.

 

Entonces entabló un diálogo espontáneo con la multitud preguntando si los hijos o los nietos saben realmente hacerse la señal de la cruz.

 

“Piensen y respóndanse en su corazón. ¿Saben rezar el padrenuestro, saben rezar a la Virgen con el Avemaría? Respóndanse ustedes. Este acostumbrarse a comportamientos no cristianos y de comodidad ¡nos narcotiza el corazón!”, añadió.

 

Estableció que la Cuaresma, un periodo del calendario litúrgico de 40 días que comenzó este día con la celebración del Miércoles de Ceniza, debe ser un “tiempo fuerte” y un “punto de viraje” que puede favorecer en cada uno el cambio.

 

“Todos nosotros tenemos necesidad de mejorar, de cambiar en positivo, y la cuaresma nos ayuda. Y así salimos de los hábitos cansados y del perezoso acostumbrarse al mal que nos insidia”, ponderó.