La crisis del acero en México está develando un conflicto entre las industrias siderúrgica y automotriz, ya que mientras la primera plantea un ultimátum a la Secretaría de Economía (SE) para aplicar un arancel a las importaciones del metal de naciones con las que no haya tratados comerciales para no despedir a más empleados, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) exhortó a la dependencia federal a no ceder a presiones que afecten a su crecimiento.

 

“Hemos mostrado preocupación por la exigencia de algunas empresas siderúrgicas sobre la aplicación de medidas unilaterales que podrían afectar a la competitividad si no se analizan de forma correcta las opciones que ayuden a evitar la entrada de acero chino en condiciones poco competitivas”, indicó el presidente de la AMIA, Eduardo Solís.

 

Esto como respuesta a la demanda de cuatro siderúrgicas, que representan 70% de la producción nacional de acero, de aplicar de forma inmediata cuotas arancelarias temporales al metal proveniente de China, Rusia y Corea, entro otros países, las cuales podría llegar hasta 35% de acuerdo con los parámetros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

 

La medida responde a la caída en la producción de acero a nivel nacional en 6.8% en los primeros cinco meses del año, en comparación con el mismo periodo de 2014, debido a la importación de este metal que se incrementó 15.2%, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).

 

No obstante, el vocero de Altos Hornos de México (AHMSA), Francisco Orduña, comentó en entrevista previa que la propuesta exenta al acero que no se produce en México, el cual equivale a 89% de las importaciones de las armadoras de autos.

 

A ello, el director de la AMIA negó tener una propuesta por parte del sector acerero en la que se asegure que la industria automotriz no será afectada por ninguna medida que se implemente.