Conversaba por la mañana con una muy buena amiga respecto a si le daba “mi recomendación” para ir a Acapulco en las fiestas de fin de año. Yo le dije inmediatamente que sí, que vaya al puerto que lo que hace falta es que la gente vaya al puerto sobretodo en estas fechas donde históricamente se ha llenado al cien por ciento para navidades y noche vieja.  Pero cuando me lanzó las agudas pregunta ¿Crees que se bueno irnos en carretera? ¿Se acabaron los bloqueos? ¿Estaremos seguros? Ahí me quedé poco sin palabras y le dije que tal vez era mejor  idea transportarse en avión. Ella me alcanzó a decir: “No, iré en autopista y a ver qué pasa”

 

Es que lo de Acapulco sigue siendo todo un laberinto, por su lado Javier Aluni el anterior secretario de turismo de Guerrero fue cesado y removido el pasado 20 de noviembre por el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, quién anunció la designación de Sergio Salmerón Manzanares, un hombre experimentado de extracción netamente turística, que conoce a profundidad cada centímetro del puerto, se desempeñaba como gerente del Hotel Playa Suites y recibió  la temeraria misión de “salvar” la temporada de fin de año, cuando lo que hay que salvar a mi parecer es el destino en general, urge.

 

Acapulco la tiene extremadamente difícil, de hecho Sergio Salmerón Manzanares, tiene una misión en mucho muy difícil, a simple vista los problemas resaltan complejos, de fuerte laceración en el tejido social, su reparación solo vendrá con verdadera voluntad y conciencia de cómo viven los acapulqueños, no será solo su responsabilidad.

 

Las funcionarias federales  Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, y Claudia Ruiz Massieu, de Turismo, en días pasados acudieron a Guerrero y anunciaron que darán a conocer un plan de emergencia para Acapulco en los próximos días.

 

Ojalá ese plan sea más enfocado a la reparación del tejido social, a la estimulación de la cadenas productivas desde las entrañas, a la real y verdadera reducción de las desigualdades sociales que imperan en el puerto, por mucho tiempo muchos colaboradores de la zonas hoteleras y restauranteras han trabajado en el cielo en los hoteles bonitos, pero han vivido en el infierno, en la zonas periféricas y miserables producto de décadas de urbanización desmedida del puerto, ahí siento yo está la gran base de este problema.

Ojalá este anuncio no se quede solo en  más dinero explícito para campañas de promoción turística en medios o mas dineros para inservibles y mentirosas campañas de relaciones públicas.

 

Soy de los que piensa que una de las soluciones inmediatas para  Acapulco y para otras zonas turísticas de México tiene que ver con la inmediata reducción de la desigualdad social y la miseria y no con la llegada de más policías o inyecciones para más campañas. Creo que hay que detonar  la economía del puerto, que es labor de todos, sus gobernantes, sus empresarios, su gente en general y sus visitantes, que nadie se haga pato ni nadie le eche la culpa a nadie, para que se regenere el tejido social  y haya trabajo y mejores condiciones económicas para su población y volvamos a tener saludable al gran abuelo de los destinos de playa de México. Nada me daría más gusto que ver eso. Veremos.