Más de 30 familias, que buscaron ayuda en la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos (Províctima), tras haber reportado una desaparición, denunciaron que no recibieron ni asistencia médica ni apoyos económicos.

 

También denunciaron que el tratamiento psicológico sólo aumentaba el sufrimiento de las familias, se les presionaba a aceptar la muerte de sus familiares y se les aconsejaba que renunciaran a la búsqueda.

 

El informe Los desaparecidos en México. El persistente costo de una crisis ignorada, de Human Rights Watch, presentado el miércoles, revela que Yolanda Oropeza, madre de Roberto Oropeza, desaparecido en 2009 en Coahuila, acusó que funcionarios de Províctima le prometieron que la apoyarían con los gastos de los medicamentos y su cirugía de emergencia, derivada de hipertiroidismo, que se agravó a partir de la desaparición de su hijo.

 

También se comprometieron a apoyarla para conseguir becas escolares a sus dos nietas, hijas de Roberto. Sin embargo, el apoyo nunca llegó.

 

Además, dos asistentes sociales, uno del DF y otro de Guanajuato, trataron de convencer a Pablo Bocanegra de aceptar que su hijo, desaparecido junto con algunos amigos en una excursión de caza en 2010, había muerto y que “se concentrara en los que estaban vivos”.

 

Los familiares de los otros desaparecidos recibieron consejos similares, así que en  2012 enviaron una carta conjunta a Províctima dónde renunciaban a la ayuda psicológica que les otorgaba el organismo.

 

En otro caso, donde desaparecieron 22 hombres tratando de cruzar la frontera, representantes de Províctima culparon a los propios desaparecidos e incluso llegaron a decir que se habían vuelto parte de una organización criminal solamente por el hecho de haber desaparecido en grupo.

 

Y los familiares que tenían la intención de seguir buscando a sus familiares, la psicóloga de Províctima les aconsejó que aceptaran la muerte de los mismos. “Províctima prometió apoyo a las madres que se habían convertido en sustento familiar, pero solo pocas recibieron el apoyo”, revela el informe de HRW.

 

Su misión

 

Províctima surgió en 2011 con la misión asistir a víctimas de delitos y sus familiares, especialmente en la búsqueda de desaparecidos. Entre los principales servicios que ofrece se encuentran acompañar en la búsqueda de personas desaparecidas, brindar asistencia médica y psicológica, proporcionar asesoría jurídica y servicios de asistentes sociales.

 

De octubre de 2011 al 27 de noviembre de 2012 esta institución atendió a mil 513 personas que denunciaron la desaparición de familiares y contribuyó en la localización de 135 personas, de las cuales el 72% fue encontrado con vida y el 28% sin vida.