Dos hidalguenses están realizando un trabajo que no se ve realmente: el procurador general Jesús Murillo Karam, y el director del Cisen, Eugenio Imaz. Dicen los que saben que desde diciembre están realizando operaciones de pinzas de grupos radicales para ir desactivando protestas con alto grado de violencia. La novedad es que están encontrando en esos seguimientos algunas pistas  extranjeras, cuyas huellas llevan a organizaciones multinacionales de la protesta, como el Black Block, que llegó a México hace casi 20 años por la puerta que le abrió el EZLN, y que han establecido franquicias en México dentro de los sectores anarquistas.

 

La decisión fue tomada desde diciembre pasado: en 2014, el presidente Enrique Peña Nieto realizará giras constantes a Michoacán. El año pasado el estado al que más visitó fue Guerrero, como una estrategia de fortalecimiento institucional al gobierno local tras los destrozos de los huracanes “Ingrid” y “Manuel”. Este año, por la misma razón de debilitamiento institucional, pero no en un tema de desastre natural sino de delincuencia organizada, no dejará de ir a Michoacán para transmitir el mensaje a sus habitantes que el gobierno no los abandonará.

 

A propósito de Michoacán, la Procuraduría estatal que encabeza Marco Vinicio Aguilera, inició una averiguación previa sobre las fuentes de financiamiento del doctorJosé Manuel Mireles, uno de los líderes de los grupos de autodefensas en el estado, que se accidentó el fin de semana en una avioneta en la que viajaba desde Guadalajara. Aguilera mantiene los labios muy sellados y no quiere confirmar o negar que dentro de la investigación abierta se encuentran los nombres de empresarios limoneros de Jalisco que afectados sus negocios por la violencia en Michoacán, armaron a locales para que, ya que la autoridad no responde por la seguridad de sus filiales, defiendan sus intereses.

 

La secretaria de Desarrollo Social Rosario Robles, tuvo una animada presentación ante embajadores y cónsules mexicanos en el mundo este martes. Lo que no dice en público lo dijo en privado, al criticar socarronamente a las administraciones panistas. Doña Rosario hizo referencia a que entre las muchas cosas que encontró cuando llegó a esa secretaría, fue que se repartía leche en el Pedregal de San Ángel, pero no en Los Altos de Chiapas, con lo que sugería una muy mala planeación. Dicen los que saben que las cosas no son tan prístinas como las planteó, y que esa repartición en el Pedregal de San Ángel fue en realidad en Santa Úrsula, donde se encuentran algunas de las zonas más marginadas en el Distrito Federal.