Guadalupe Acosta Naranjo terminó ayer dándoles una revolcada de padre y muy señor nuestro. Pero lo cierto es que nadie se salvó.

 

Comenzó esta historia en la tribuna de la Comisión Permanente con los priistas, en voz del diputado Jericó Abramo Masso. Muy emocionado, explicó la vocación (súbita) del tricolor por luchar contra la corrupción.

 

La razón de tal exposición era en pro de la realización de un período extraordinario, el próximo 5 de julio, para analizar las observaciones presidenciales a la Ley 3 de 3.

 

Pero más tardó el de Coahuila en concluir su participación, que el jefe de los Galileos en desaparecerle la sonrisa con esta filípica:

 

¿No habría manera de que agarraran el teléfono y le hablaran a César Duarte, a Roberto Borge, al otro (Javier) Duarte? Porque si su partido está tan empeñado en combatir la corrupción, que heroicamente usted aquí ha defendido, ¿no le podrían decir a los Duartes que no anden incendiando sus estados, que no se estén blindando con fiscales anticorrupción nombrados por ellos mismos después de que fueron derrotados en las urnas y a semanas de que abandonen sus gobiernos…?

 

Eso sería congruencia. Eso sería combatir la corrupción —asentaría Acosta Naranjo, y seguiría:

 

El señor de Chihuahua acaba de aprobar, apenas hace tres o cuatro días, modificar la ley que obligaba a que el gobernador saliente tuviera que pagar todas sus deudas de corto plazo. Lo han modificado para que le queden las deudas, que él tenía la obligación de pagar, para que las cargue Javier Corral, quien ganó democráticamente la elección.

 

El gobernador de Quintana Roo acaba de aprobar a un fiscal a modo y a un auditor a modo, que durarán siete años, nombrados por él mismo para que cuiden a sus tapaderas.

 

El de Veracruz, ése sí se voló la barda. Si lo otro era casi increíble de creer, el de Veracruz, bueno, no nombra al portero por más tiempo porque no lo deja la ley; pero de verdad, ¿que él nombre a su fiscal anticorrupción? ¿Que cambie magistrados, que ponga contralores permanentes cuando están a punto de salir para que los vigilen?

 

Eso sí, como ahora reza el dicho: “¡Esos contralores no los tiene ni Obama!”, soltaría el sinaloense arrancando carcajadas.

 

“Eso lo están haciendo los Duartes y Borges –concluiría el diputado perredista– y lo están haciendo porque tienen cola que les pisen, porque son corruptos y saben que si se les investiga se les va a encarcelar, eso es lo que quieren evitar, pero ¡a otro perro con ese hueso!”.

 

Claro que me acuerdo.- El senador del Partido Verde, Carlos Puente Salas, saltó entonces a defender a sus compañeros del PRI. Les recordó a los perredistas el caso de René Bejarano y la “corrupción” en la Línea 12 del Metro.

 

A lo que el senador del PRD, Zoé Robledo, respondió con el famoso caso del Niño Verde, Jorge Emilio González:

 

“Recuerdo muy bien un video de un integrante del PVEM recibiendo un soborno, diciendo: ‘Cuánto nos va a tocar y después expresando que lo chamaquearon’. Sí, lo recuerdo bien…”.

 

Gemas: el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, amplió la baraja de su sucesión al incorporar ayer a Ana Lilia Herrera como secretaria de Educación.