Indignación, coraje y esperanza fue lo que reinó en la marcha para conmemorar el segundo año de la desaparición de los 43 normalistas, porque a 24 meses siguen sin saber su paradero. Pero al mismo tiempo, no hay evidencia de su muerte.

 

“Debe haber castigo a los autores intelectuales del secuestro de nuestros hijos, de aquellos que destituyeron evidencia que con ella sabríamos donde están, pero de una vez les decimos, este movimiento no se apaga, sigue hasta encontrarlos y que haya justicia”, dijo Felipe de la Cruz, vocero de los padres al iniciar la marcha.

 

El recorrido comenzó a las 16:30 horas en el Ángel de la Independencia, de donde partieron 12 mil 500 personas hasta llegar al Zócalo, esto según la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, que desplegó a dos mil 500 uniformados para resguardar la movilización.

 

Las autoridades capitalinas reportaron saldo blanco durante la manifestación, pues los únicos altercados fueron pintas en vallas y muros del recorrido.

 

Ya en el Zócalo, los padres de familia encabezaron un mitin para exigir justicia y criticar al Gobierno por su actuación en la investigación de lo que ocurrió en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014. Máximo Hernández, uno de los padres de los normalistas, agradeció a las miles de personas que siguen apoyándolos.

 

“Hoy le damos las gracias a cada uno de ustedes por caminar a nuestro lado, pero también les pido que continúen con nosotros porque esta lucha no ha terminado”, dijo.

 

Por su parte, César González hizo un llamado a los “buenos militares” para que apoyen a las investigaciones y así quitar el estigma contra los soldados.

 

El recorrido estuvo marcado por exigencias al gobierno para que encuentren a los muchachos, pues hasta el momento no hay ninguna evidencia científica de que estén muertos.

 

“¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”, gritaban las miles de personas que acompañaron a los padres de los normalistas durante la marcha que duró poco más de dos horas.

 

El sentimiento de enojo, por los dos años sin saber el paradero de los normalistas; mientras, a Tomás Zerón, acusado de sembrar pruebas en el río San Juan, “le dieron de premio el cargo de secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad”. En tanto, Miguel Ángel Osorio aseguró que el Gobierno federal seguirá actuando con determinación y transparencia para conocer la verdad de lo sucedido y garantizar que los culpables enfrenten la justicia. “Lo he dicho antes y lo repito: ni olvido para las víctimas ni perdón para los culpables”.