Encontrar la cura para el VIH-Sida no fue la obsesión para el reconocido científico Joep Lange. Él mismo resumió su trabajo de la última década en una frase: “Si podemos hacer llegar Coca-Cola y cerveza a todos los rincones del mundo, podemos hacer llegar medicamentos -en este caso antirretrovirales- aunque necesiten refrigeración”.

 

“Joep estaba trabajando en formas de asegurar la asistencia de los afectados por VIH con una especie de Seguro Popular como se intenta en México. Una de sus prioridades era también los niños y las mujeres embarazadas. La prevención no era su tema”, contó a 24 HORAS Luis Enrique Soto, infectólogo e investigador del Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán.

 

Joep Lange era uno de los 298 pasajeros del avión MH17 de Malasya Airlines,  derribado por un misil disparado presuntamente por un grupo de rebeldes pro-rusos, en el este de Ucrania, el pasado 17 de junio.

 

El investigador holandés viajaba a la 20 Conferencia Internacional de VIH, en Melbourne, Australia, junto con su colaboradora y esposa, Jacqueline van Tongeren. Con ellos viajaban tres activistas holandeses y un periodista representante de la Organización Mundial de la Salud.

 

Aunque en los medios de comunicación internacionales se especuló que en ese avión podría haber ido la cura para los pacientes de VIH en todo el mundo, Luis Enrique Soto, quien conoció a Joep Lange desde hace varios años y era un “buen amigo” aclaró:

 

“El doctor Lange trabajaba básicamente en lograr acceso a medicamentos en África a los más necesitados, especialmente en el Este del continente e investigaba las formas más adecuadas de prevenir infecciones, o de administrar tratamientos en sitios apartados, pero no estaba involucrado en estudios para cura por lo que esas sospechas son sólo mentiras.

 

“De hecho el doctor Lange no tenía ninguna ponencia en este congreso. Él asistía para cerrar los tratos y compromisos con muchos políticos y activistas para lograr que los más necesitados tuvieran acceso a tratamiento”.

 

En entrevista desde Australia, Soto apuntó que los trabajos de Lange, publicados este año, estuvieron enfocados en conocer el impacto en la mejora de los servicios a pacientes con hipertensión en Nigeria; el estudio del hígado en pacientes con Hepatitis y VIH en Asia; la eficacia de la combinación de  antirretrovirales en niños de Ruanda; así como el control de enfermedades en mujeres embarazadas de África.

 

Lange dirigía el Instituto para la Salud Global y Desarrollo de Ámsterdam, creado por él mismo y que unía esfuerzos con el gobierno holandés, fundaciones y compañías farmacéuticas, al mismo tiempo impartía clases en la Universidad de Ámsterdam  y trabajaba con el Centro de Colaboración para la investigación de VIH Tailandia-Australia-Holanda, donde hacía investigación en los países más pobres de Asia y África.

 

De acuerdo con Luis Enrique Soto, la mezcla o coctel de antirretrovirales para el tratamiento de pacientes, así  como la prevención del contagio de las mujeres con VIH a sus hijos, son los legados del investigador holandés a México y al mundo.

 

En los últimos años sus esfuerzos estaban enfocados en lograr que el concepto de salud global, en el que la salud es un bien público y un derecho universal, llegará a los países más necesitados de África.

 

“No solo entendió el concepto sino que iba en camino a aplicarlo primero en África y estoy seguro que en todo el mundo. Además de que él logró involucrar a gobiernos, fundaciones y compañías farmacéuticas en la protección de los más pobres y aislado. Nunca dejó de luchar y nunca aceptaba un no. Luchó por todos, por los que no conocía, por los que conoció y sin ningún afán de notoriedad”, puntualizó el médico mexicano.

 

El fin del sida, un tema de justicia social

 

La 20 Conferencia Internacional sobre el VIH, en Melbourne, Australia, finalizó el fin de semana con un llamado a los gobiernos y organizaciones a acelerar el paso para garantizar el acceso universal al tratamiento, la atención y la prevención, no sólo para el VIH, también para otros problemas de salud.

 

Françoise Barré-Sinoussi, presidente saliente de la Sociedad Internacional de SIDA (IAS) y co-presidente Internacional de AIDS 2014, exhortó a aumentar la colaboración con otros movimientos internacionales de distintos temas de salud, a fin de construir un mejor futuro para toda la población.

 

“La movilización contra el SIDA es también un conductor fuerte para avanzar en otras áreas tales como los derechos humanos. No habrá fin del SIDA sin garantizar el respeto y la dignidad de todas las personas, la equidad en el acceso a servicios de salud y justicia social “, dijo durante la clausura de la conferencia, el 25 de junio pasado.