Para cuando usted tenga este texto en sus manos, Juan Díaz de la Torre habría renunciado a la presidencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

No es que quisiera o no, es que tenía que irse.

El equipo de López Obrador habría negociado con Díaz de la Torre la renuncia a cambio de no ejecutar una orden de aprehensión en su contra y el descongelamiento de sus cuentas particulares.

Ni la orden ni el congelamiento han sido publicados, pero de acuerdo a información interna del sindicato, existen y están o estarán vigentes en tanto que Díaz de la Torre no deje la presidencia.

La principal acusación en su contra es la malversación de los fondos del SNTE.

De hecho, el equipo de López Obrador esperaba que Díaz de la Torre renunciara por la mañana, al inicio del 47 Consejo Nacional Extraordinario que inició ayer, pero no lo hizo.

Al cierre de este espacio, pasadas las siete de la noche, la renuncia no llegaba, y ello había provocado que se cancelara una reunión de alto nivel entre los dirigentes del SNTE y el propio Presidente electo.

No se sabía si Elba Esther Gordillo estaría presente en la reunión.

Lo que era una certeza es que Díaz de la Torre de ninguna manera podía mantenerse al frente de la organización sindical so pena de ser detenido incluso en la propia sede del Consejo.

Será esta instancia, el Consejo, el que convoque a la elección del nuevo presidente del SNTE, en una elección que será a través del voto secreto y directo, tal como lo ha propuesto López Obrador como política sindical.

Será la primera gran prueba.

¡Y mire qué prueba!
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Con resignación, los senadores de la oposición reconocían por la mañana que Morena tenía ganada la votación de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

Dicha ley fue aprobada en lo general por 72 votos de Morena y sus satélites contra 46 votos de la oposición.

La discusión en lo particular fue para largo.

En lo único que cedió Morena fue en la eliminación del texto que otorgaba a la Secretaría de Gobernación “proveer el servicio de radiodifusión pública digital a nivel nacional’’.

La discusión sobre la creación de los superdelegados y la facultad del Ejecutivo para crear comisiones fiscalizadoras no concluía entrada la noche.
Pero era una discusión perdida para la oposición, como reconoció el priista Miguel Osorio Chong.

El hidalguense pidió que ya que los superdelegados eran un hecho, pidió regular la figura y dejar en claro que no podrían ser candidatos a puestos de elección popular.

Era, igualmente, una apuesta perdida.
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Andrés Manuel López Obrador estuvo de visita en las instalaciones de Grupo Salinas, acompañado por el CEO del conglomerado, Ricardo Salinas Pliego, Ninfa Salinas Sada, presidenta de los Consejos Consultivos de Grupo Salinas, y Benjamín Salinas Sada, director general de TV Azteca.

El encuentro se dio en el marco de los 25 años de TV Azteca, motivo por el cual López Obrador develó una placa conmemorativa, con la frase “Por la prosperidad incluyente” y reconoció a la televisora como “fundamental para la vida pública de nuestro país’’.

López Obrador y Salinas Pliego firmaron el acuerdo de colaboración Jóvenes Construyendo un Futuro, iniciativa que arrancará el próximo 1 de diciembre, al comienzo del nuevo Gobierno, con el que se pretende beneficiar al menos a 100 mil jóvenes en los próximos seis años.