Tardíamente, el sector privado tocó un punto central que con la apariencia de técnico da al clavo de la consulta como instrumento político de decisión sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México: la representatividad de la muestra.

En vez de que 80% de las respuestas afirmativas o negativas sobre la conveniencia del NAIM sean originadas en 20% de los usuarios, el sector privado trató, a destiempo, de reubicar la respuestas en lo inverso, una muestra de un universo más apropiado de personas consultadas.

Aunque la noticia se difundió apenas este lunes, la misiva correspondiente del sector privado para solicitar al equipo de transición incluir en la consulta a los 15 aeropuertos principales alude al tema central que debieron abordar con antelación los promotores de la propuesta del NAIM.

Es razonable, desde el punto de vista metodológico -central en la aceptación del mecanismo de la consulta como instrumento de legitimación de la obra-, que voten en la consulta quienes más conocen de fallas y aciertos, oportunidades y problemas, del aeropuerto en nombre de cuya eficiencia quieren hablar los empresarios que convinieron con el presidente Enrique Peña Nieto la promoción de la obra.

Expertos en la adaptación de la forma de sus intereses con el poder en turno, los empresarios fallaron en la sustancia.

Los representantes de los intereses de las firmas financieras, constructoras, de servicios y diseño supieron acercarse al Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, desde antes de la inminente victoria del tabasqueño y consiguieron proyectar esa proximidad poco después de consumada la victoria del líder de Morena. Posteriormente, no identificaron las divisiones al respecto dentro de ese partido ni una estrategia apropiada.

Actualmente están contra las cuerdas en una hipotética batalla de credibilidad, verosimilitud y confianza respecto de los motivos de la construcción del nuevo aeropuerto en las condiciones, costos y tiempos que lo propusieron, frente a lo que percibe la mayoría de la población.

El criterio debió ser básicamente técnico, tanto en la obra como en el método de su validación social. Cualquier manual de investigación científica nos indica que la característica más trascendente de una muestra es la representatividad.

Preservar la representatividad es el atributo más importante que debe reunir el muestreo, y los empresarios introdujeron la idea al cuarto para las 12.
En vez de hacerlo oportunamente, trataron de enfrentarse a una opinión pública antipática a los intereses de lucro del mismo grupo político-empresarial acusado de corrupción y derrotado en el proceso electoral.

@guerrerochipres