Foto: Cuartoscuro/Archivo Los presos dedican el tiempo allí su tiempo a la agricultura, la nadería y la pesca, además de actividades manuales y carpintería, entre otros trabajos por lo que reciben una paga simbólica  

Las Islas Marías, un conjunto de nueve islotes de diferente tamaño ubicados a unos 100 kilómetros de la costa mexicana en el estado de Nayarit y declaradas en 2010 reserva de la Biósfera por la UNESCO, podrían estar en riesgo de ser arrasadas por el fenómeno meteorológico que se aproxima, el huracán Willa categoría 3.

 

Solo una de las islas paradisíacas que pertenecen a México, la María Madre, se encuentra habitada. Su superficie es de 145 kilómetros cuadrados y viven allí unas 1.100 personas, 600 de las cuales se ubican en el pueblo de Puerto Balleto.

 

Pero la razón de ser de esta comunidad está justo del otro lado de la isla: la Colonia Penal Federal Islas Marías, prisión fundada en 1905 para albergar prisioneros peligrosos, siguiendo el modelo de cárceles como Alacatraz en San Francisco, Estados Unidos o el Penal de Ushuaia en la Tierra del Fuego, Argentina.

 

Por esta razón, los presos gozan de ciertas libertades, pues son custodiados por 49 guardias y 80 elementos de la Marina Mexicana, ya que el verdadero control lo ejercen los 100 kilómetros de aguas oceánicas que separan a la isla María Madre de la costa.

 

En 1939, el presidente Lázaro cárdenas firmó el decreto por el que el penal quedaba bajo responsabilidad de la Secretaria de Gobernación, Durante las décadas de los 40 y 50, llegaron a Las Marías las primeras familias de los presos a vivir con los sentenciados, aunque fue en esa época cuando surgieron varias historias de malos tratos y torturas hacia los reclusos.

 

 

Para 1970, el presidente Luis Echeverría viajó al penal donde recibió cientos de quejas sobre maltrato, explotación y mala alimentación, por lo que a partir de ese entonces se cambió el perfil de los presos y convertirlo en un buen modelo de readaptación.

 

Actualmente el penal ya no resguarda a los presos más peligroso de México; para ser enviado como “colono” a las Islas Marías se debe acreditar una condena mínima de dos años, ser de baja peligrosidad, estar sano física y mentalmente, tener entre 20 años y ser de bajos ingresos.

 

Los presos dedican el tiempo allí su tiempo a la agricultura, la nadería y la pesca, además de actividades manuales y carpintería, entre otros trabajos por lo que reciben una paga simbólica, además viven en diferentes campamentos alrededor de la isla.

 

María Madre cuenta con un puerto y un aeropuerto para conectar con el continente, que están fuertemente resguardados por infantería de marina.

 

En 2013, se registró un motín en donde al rededor de 650 presos demandaron mejores servicios, como calidad en los alimentos y en la atención médica que recibe.

 

La policía Federal, que calificó como protesta el incidente, reconocí que cuatro custodios resultaron con lesiones leves al tratar de impedir que los reos ingresarán a otra área.

 

Luego de este acontecimiento que ha caracterizado la historia de penal y aunque se asegura que las condiciones mejoraron, en agostó pasado se envió un último contingente de 128 reos con el objetivo de reducir la población en 10 establecimientos carcelarios en México.

 

 

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador, recientemente señaló que se revisará la situación del penal y su utilidad en el sistema carcelario, por lo que probablemente será cerrado con la intención de convertir las islas como un lugar turístico.

 

Ahora solo queda esperar cuáles serán los efectos que el huracán Willa pueda tener en la infraestructura de las Islas Marías cuando sean alcanzadas este martes, en el primer golpe del fenómeno meteorológico al territorio mexicano.

 

 

Con información del Diario de Chihuahua, México Desconocido

 

aarl