Con los resultados de los comicios electorales de julio pasado, y la consecuente renovación de poderes, se abre la posibilidad de alentar la percepción ciudadana sobre la democracia en nuestro país. De acuerdo a mediciones de organismos internacionales en materia de democracia y gobernabilidad, las cosas no andan bien.

 

Un ejemplo de ello está en la evaluación que se presentó a finales del año 2017 por Latinobarómetro, en donde México perdió 15 puntos de confianza, en relación al año anterior. De acuerdo a ese estudio, que se levanta de manera periódica en 18 países del continente, en 2016 se registró 71% de los entrevistados que manifestaba su acuerdo de que la democracia mexicana era funcional, en contraste con 56% de los entrevistados que en 2017 manifestaba su acuerdo a la misma pregunta.

 

A poco menos de un año de esa medición, el 10 de octubre pasado se presentó el Índice de Estado de Derecho 2017-2018, que elaboró el World Justice Project (WJP), donde México se ubicó en el lugar 92 de 113 países evaluados, lo que representa una caída de cuatro posiciones respecto a 2016. Esto significó el mismo puntaje obtenido por Sierra Leona, Liberia y Kenia. En América Latina, los tres mejores países, de acuerdo al estudio, son Uruguay, Costa Rica y Chile. En tanto, México se ubica en el lugar 25 de 30, sólo por encima de Guatemala, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Venezuela.

 

El índice presentado por WJP evalúa el desempeño de países en ocho factores: Límites al Poder Gubernamental, Ausencia de Corrupción, Gobierno Abierto, Derechos Fundamentales, Orden y Seguridad, Cumplimiento Regulatorio, Justicia Civil y Justicia Penal. Entre los 113 países evaluados, Dinamarca, Noruega y Finlandia son los que obtuvieron el mejor puntaje.

 

Es de resaltar que entre los países de ingreso medio-alto, a los que pertenece México, según la clasificación del WJP, Costa Rica obtuvo el primer lugar en Estado de Derecho; mientras que nuestro país se encuentra en la posición 34 de 36, sólo por encima de Turquía y Venezuela.

 

Si a todo esto le agregamos las cifras récord que se han alcanzado con los más de 22 mil homicidios en lo que va del año, nos daremos cuenta que el tema de la gobernabilidad en México se presenta como una tarea difícil y complicada para los siguientes años, pero a la que no se debe rehuir. Al contrario, es un gran reto al que hay que hacer frente para cambiar de raíz lo que resulta evidente; el ancien régime ya es obsoleto.