No hay tregua en el futbol europeo: si sus jugadores de élite ya estaban del todo habituados a jugar simultáneamente tres torneos con su club y a soñar con la gran copa a nivel de selecciones de cada dos años, ahora van normalizando la inclusión de otro certamen, como lo es la Liga de las Naciones de la UEFA.

Apenas han pasado tres meses del Mundial de Rusia, aunque ya escuchamos cálculos: si a España le basta empatar frente a Croacia para avanzar a la ronda final, si Alemania está casi condenada a otro fracaso y hasta se expone al descenso de categoría, si Portugal está poniendo en las manos de Cristiano Ronaldo la perspectiva de otro título, si Bélgica continúa imponiendo respeto…

Tanto se habla de la Liga de las Naciones que, acaso, importa más de lo que muchos pensamos que iba a importar. Un evento de relleno, cuya finalidad es suplantar del todo a los cotejos amistosos, centralizando la carga de esas fechas FIFA: en sentido comercial y mediático, en primera instancia, con todos esos encuentros explotados económicamente en paquete por la confederación; en sentido deportivo, al impedir que la mayor parte de los representativos ajenos a la UEFA se midan con los rivales europeos en los parones para selecciones.

Continúo pensando que este calendario ya no da para más y que la primera derrota es en la lucha tanto por nuestra atención como por nuestra tensión narrativa: no hay forma de que sigamos fervorosamente tantos partidos de tantos torneos; no la hay, como tampoco que esos muchachos sigan elevando su cuota de duelos oficiales al año, porque no es lo mismo un amistoso con tintes de pachanga, con numerosos cambios, con más afán de convivio que de exigencia, que una liga bien armada.

A eso hay que añadir la Eurocopa de 24 (para colmo en 12 países en 2020) y el Mundial de 48 que ya está encima, más todos los demás eventos continentales que van elevando aforo: Copa África y Copa Asia de 24, Copa Oro de 16, así como la remodelación del Mundial de clubes que amenaza con incluir a 24 invitados.

¿Y cuando termine un torneo? De inmediato empieza otro, si no es que han sido tres al mismo tiempo.
Lo único importante es competir, competir y competir, mecanismo indispensable para cobrar, cobrar y cobrar.

Twitter/albertolati

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