Alguien se acuerda de los foros en materia de seguridad y justicia y educación organizados por los futuros funcionarios designados responsables de esas áreas por el Presidente electo?

¿No?

Pues según el calendario, esos foros continuarán hasta la tercera semana del próximo mes con la idea de “escuchar las propuestas de la sociedad’’ en materia de seguridad, justicia y educación.

Los foros han sido un fracaso.

Primero, porque se organizaron no para escuchar a la sociedad, sino para justificar la idea preconcebida que trae el nuevo Gobierno para atender esos problemas.

En los foros de seguridad, la tónica ha sido el reclamo justificado, crudo, descarnado de los familiares que han perdido a un hijo o hija, hermano, tío, sobrino, esposa, esposo, etcétera, a los funcionarios del próximo Gobierno.
Nada de ponencias sesudas o nuevas teorías para el combate a la delincuencia; nada de estrategias consensuadas, nada, sólo reclamos.

Fue el propio Andrés Manuel López Obrador el que metió en esa dinámica a los foros organizados por Alfonso Durazo, al marcar como línea de arranque “perdón’’ para los delincuentes.

A partir de ahí todo ha sido reclamos; puede ver los videos del último foro en el que participó el Presidente electo para que constate cómo el auditorio se le fue encima por esa propuesta que lo obligó a comprometerse a que, una vez en la silla presidencial, “pedirá perdón a toda la sociedad mexicana’’.

En el caso de los foros educativos es la misma tónica.

López Obrador ya decretó que la reforma educativa realizada por el gobierno de Peña será echada a la basura; igual lo dijo Mario Delgado, el coordinador de los diputados de Morena, “no quedará ni una coma’’ de esa ley.

¿Entonces para qué los foros? Si ya lo decidieron, si ya decidieron apuñalar el corazón de la reforma que es la evaluación del magisterio y los ascensos por exámenes de oposición, no vale la pena que los especialistas serios en la materia pierdan el tiempo en eventos preparados para justificar una decisión tomada.

En México siempre se ha dicho que cuando quieras retrasar hasta el infinito la solución de un problema, creas una Comisión.

Lo nuevo es que si quieres justificar tus decisiones responsabilizando a otros, creas un Foro.
Eso aplica también para el nuevo aeropuerto.
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Dos retrasos en vuelos comerciales tuvo López Obrador la semana pasada; a todos nos ocurre, es más común de lo que parece.

Pero no todos tendremos la responsabilidad de gobernar un país.

Las observaciones que se hacen por este hecho no tienen que ver nada más que por la seguridad del funcionario.
López Obrador ya no está en campaña; ya ganó, por eso debe cuidar no sólo sus vuelos, sino su seguridad personal, asignada a 20 “profesionales’’ que no son ni policías ni militares.

Los asesores del Presidente electo tienen que hacerle entender que ya no se trata de él, sino de todo el país, y por ello tiene que cuidarse.
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A ver cómo se ponen las sesiones esta semana en el Senado de la República luego de que la “Mesa Directiva’’ de aplastante mayoría morenista, aprobara reducir de 10 a cinco minutos el tiempo para que los senadores presenten iniciativas o haga uso de la palabra de acuerdo a sus atribuciones.

Dice Ricardo Monreal que no es censura, pero se le parece mucho.