Foto: Captura de video El presidente electo Andrés Manuel López Obrador, calificó como normal que sucedan retrasos en los vuelos cuando hay mal tiempo, luego de permanecer casi cinco horas varado en el aeropuerto de Huatulco  

Huatulco.- Aunque había optado por tomar un vuelo en Huatulco para llegar la Ciudad de México antes de que cayera la noche, al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el clima le cambió la jugada.

 

Para su gira de agradecimiento en Oaxaca de este miércoles, el morenista prefirió el vuelo de las 5:20 de Huatulco que el de las 9:00 horas del aeropuerto de Ixtepec, pese a que estaba más cerca de ese municipio, donde en la mañana había presentado el Plan Nacional de Reconstrucción.

 

Sin embargo, el vuelo de Huatulco primero presentó un retraso de hora y media por problemas de la aerolínea; sin embargo, éste se prolongó hasta más de cuatro horas por la torrencial lluvia de la capital, lo que impidió el despegue de la aeronave.

 

Así que el Presidente electo pasó hasta dos horas dentro de la unidad sin mostrar desesperación.

 

El capitán de la aeronave, Adán Ruiz, indicó que había más de 100 vuelos varados para aterrizar en la capital del país, y se estaban haciendo esfuerzos para salir de la complicación, pues entre la tripulación estaba el presidente electo, por lo que se estaba optando por pedir apoyo a Aeroméxico… pues aparte de todo, el aeropuerto de Huatulco ¡cerraba a las 9:00 horas!

 

Pese a la mala jugada tomó el acto como algo natural y no como una consecuencia de la saturación del aeropuerto Benito Juárez.

 

“No le hace que (que nos hagamos cinco horas), estamos bien… No fue por tráfico, es por la lluvia”.

 

“Ya se va a decidir en una consulta si se hacen dos pistas en Santa Lucía o se sigue construyendo el aeropuerto en Texcoco. De todas maneras, si se sigue construyendo, de acuerdo con las estimaciones, se terminaría hasta 2024… Si se sigue saturando el Aeropuerto de la Ciudad de México hay que ver alternativas como Toluca”, expresó en entrevista con medios de comunicación.

 

La desesperación entre los pasajeros del vuelo 3487 se mostró, y no faltó quien deslizó la frase “y el avión presidencial empolvándose en el hangar“.

 

Sobre ese aspecto, al ser cuestionado por los reporteros, insistió en que no se subirá a la aeronave oficial, pues se le caería la cara de vergüenza de usar un avión tan caro habiendo tanta pobreza en el país, por lo que estos retrasos lo tenían “relajado, relajado, relajado“.

 

Después de la odisea, el capitán lo único que consiguió fue que mantuvieran el aeropuerto de Huatulco abierto más tiempo, así que dio la opción de descender de la aeronave… pero hubo que esperar oootros 10 minutos en lo que se volvía a colocar la escalera.

 

“¡Ya, vamos a bajar!“, exclamó López Obrador cuando finalmente se dio la indicación.

 

Así que descendió de la escalera, repartió algunas fotos y vídeos en la sala de espera y acentuó que hasta él era un “fresa y fifí“ hablando de un avión cuando en Oaxaca hay tanta gente afectada por la pobreza y que, sin ofender, la realidad es que nunca se han subido a un avión, y no se quejan.

 

Finalmente, se dio luz verde para que el avión pudiera partir a la Ciudad de México, y logró despegar a las 10:13 de la noche; es decir, casi cinco horas después de su horario original.

 

 

 

fahl