El impacto del huracán Florence comenzó a sentirse ayer en las costas de EU. En la zona de las Carolinas se registraron fuertes lluvias y vientos, al tiempo que subió el nivel del mar y los ríos comenzaron a desbordarse.

Pese a que perdió fuerza, su gran tamaño y la previsión de que se estacionará dura 24 horas en la zona de impacto obligó a las autoridades locales y federales a mantener la alerta.

“Esta es una poderosa tormenta que puede matar”, advirtió ayer el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper.
“Mi mensaje de hoy: no se relajen, no se vuelvan complacientes. Mantente en guardia”, señaló el gobernador Cooper en un comunicado.

El Servicio Meteorológico Nacional informó por la tarde que esperaba que casi 5 millones de personas en las Carolinas y los estados aledaños se vieran afectadas por la lluvia en los próximos días.

Se prevé que el impacto del Florence alcanzará a la capital de EU, Washington, por lo cual el Congreso anunció ayer la suspensión de sus actividades por la contingencia.

Los legisladores de la Cámara Baja iban a votar hoy una legislación para modificar parte de la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama (2009-2017), pero la votación se retomará después del receso de una semana más que la Cámara Baja tiene previsto.

Por su parte, el Senado también pospuso su actividad para lo que resta de semana, pero la reanudará el lunes, una vez haya pasado la tormenta, que bajó a categoría 2 de un máximo de 5 en la escala Saffir-Simpson.

Las inundaciones que provocará Florence pueden durar una semana o más, reportó Ken Graham, el director del Centro Nacional de Huracanes, al diario The Washington Post.

“Esta tormenta no se trata del viento”, añadió Graham. “Son los niveles de agua más altos. La preocupación es el impacto de toda esa agua acumulándose”.

Sin embargo, a pesar de las advertencias y órdenes de evacuación de la zona costera en Las Carolinas, en el sureste de EU, miles de residentes descartaron dejar sus viviendas.

Las autoridades estadounidenses no se cansan de alertar del enorme peligro que entraña Florence y su preocupación se basa en el tamaño del ciclón, similar a la superficie de las dos Carolinas en conjunto, y una marejada ciclónica que puede alcanzar hasta 4 metros de altura sobre el nivel del mar.

Con el recuerdo todavía fresco del huracán Hugo (1989), que dejó una treintena de muertos en las Carolinas tras una marejada ciclónica similar a la que se espera que genere Florence, muchos de los más de un millón de residentes y turistas de la zona han decidido obedecer a la evacuación obligatoria.

Pero miles de personas han optado por no dejar atrás sus viviendas y animales, y se han pertrechado para aguantar como puedan los próximos días.

A principios de la próxima semana, una Florencia debilitada pero empapada puede arrojar lluvia sobre Virginia, Virginia Occidental, Maryland, Washington, DC y Pennsylvania.

 

LEG