Foto: Cuartoscuro En conferencia de prensa conjunta, los Presidentes marcaron sus diferencias respecto al NAIM y en educación. El Presidente electo insistió en que habrá una consulta para decidir la ubicación del nuevo aeropuerto, mientras el presidente Peña dijo que la obra seguirá su curso porque hay contratos asignados  

Arranca transición formal con una reunión inédita

La transición del mando presidencial arrancó formalmente con el compromiso de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador de un cambio de gobierno respetuoso, armonioso y eficiente.

En Palacio Nacional, ayer ocurrió un hecho inédito: el mandatario en funciones junto con su gabinete, recibió al Presidente electo y su equipo de trabajo.

Durante el encuentro, el Presidente electo indicó que respetará el mandato de Peña Nieto hasta el último día de su sexenio.

En conferencia de prensa conjunta, el ganador de las elecciones presidenciales reiteró su plan de derogar la reforma educativa. “Quiero dejar claro que se va a cancelar y va a ser sustituida por otra reforma”.

El mandatario electo también señaló que someterá a consulta la continuación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

En respuesta, Peña Nieto consideró que aunque los gobiernos entrante y saliente tienen ópticas distintas, ello no significa una disputa. Aseguró que, hasta el último día de su mandato, continuarán las obras de la nueva terminal aérea y seguirán los preceptos legales de la reforma educativa.

“Este Gobierno mantendrá su actuación y el impulso al modelo educativo en términos de lo que hoy está en la ley. Y, evidentemente, al haber una posición o una visión diferente, también, de haber ajustes, corresponderá al próximo Gobierno la implementación de los mismos”, expresó.

Pese a las diferencias, abundó que su administración tiene la voluntad de ofrecer la información y el apoyo necesario para un arranque “exitoso” de López Obrador.

Por otra parte, el Presidente electo informó que tomará en cuenta las opiniones de los actuales secretarios de Marina y Defensa para nombrar a sus sucesores y adelantó que éstos serán un general de división y un almirante en activo.

Respecto al balance sexenal, el Presidente manifestó que dejará un país con estabilidad política y económica, paz social y una deuda manejable. Por su parte, López Obrador apuntó que el proceso de transición apenas inicia y los ciudadanos serán los encargados de juzgar el desempeño del actual gobierno.

Caso Elba Esther

En otro tema, Peña Nieto calificó como “falso, inadmisible e inaceptable” la acusación de Elba Esther Gordillo respecto a que es una perseguida política de su gobierno y dijo que no existió “encono personal o particular” contra la ex lideresa magisterial.

Por su parte, López Obrador aseguró que si Gordillo es declarada con plena libertad deben respetarse sus derechos ciudadanos y políticos para participar en la vida pública del país.

Asimismo, aclaró que la maestra no formará parte de su Gobierno y señaló que la “política educativa es una facultad del Estado mexicano y va a corresponder al Estado definirla”.

Tensión y una sonrisa de Durazo en la conferencia

Por tercera ocasión, desde el 1 de julio pasado, el Jetta blanco entró por la puerta principal de Palacio Nacional, esta vez para iniciar, de forma inédita y formal el cambio de Gobierno.

En anteriores períodos, la transición se pactaba, en privado, entre los Presidentes, el constitucional y el electo. Ayer fue distinto, tras una reunión, Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto, junto a sus respectivos equipos, comparecieron públicamente.

Ambos respondieron temas de coyuntura, como la liberación de Elba Esther Gordillo, e incluso, cada uno defendió sus proyectos, sin perder la diplomacia.

El momento en el que afloró el silencio y rostros desencajados fue cuando López Obrador soltó, frente a Peña Nieto, que tenía listas las iniciativas para cancelar la reforma educativa.

El Presidente y su equipo escucharon los planes para eliminar lo que él considera la joya de las reformas estructurales y el cambio más trascedente de su Gobierno.

Peña Nieto respondió en varias ocasiones que no eran disputas, sino ópticas diferentes de gobernar.

Cuando le preguntaron al mandatario sobre los dichos de Alfonso Durazo en el sentido de que la seguridad del país estaba en ruinas, el futuro secretario de Seguridad lucía una sonrisa, mientras Peña Nieto reconocía el aumento de la criminalidad y el reto que representa.

Del lado del actual gobierno sólo dos mujeres estuvieron presentes; con el electo, había ocho.

LEG