¡Chapeau! Una de las mujeres más bellas –y con clase– de la actual sociedad mexicana, Olga Carlota Martínez del Río Escandón , acompañada de sus hijos Luis Pablo y Manuel (su hija Olga Carlota no estuvo), además de los Jefes de familia, Pablo Martínez del Río y Olga Carlota Escandón (aquella elegante mujer que rompía paradigmas en el programa de Jacobo Zabludovsky con sus cientos de sombreros y reportajes singulares, llenos de cultura y sentido del humor) reunieron a varios amigos de antaño en su casona de La Loma, Santa Fe (un hermoso sitio que nos hace recordar zonas del Mediterráneo), con el único objeto de intercambiar opiniones, charlar con sentido del humor y, sobre todo, recordar momentos inolvidables del México desde los 60 hasta la época actual. El menú que nos preparó: arroz blanco con aguacate y queso; carne de puerco mechada, y el clásico postre de la casa, sin olvidar los vinos Pavia de don Valentín Díez Morodo. Allí vi a Samuel Solórzano, Casilda García Pimentel (“no me gustan los puros”), Alejandro Astudillo Sandoval, Dolores Aparicio, América Ortega y para qué les cuento. Tarde memorable, extraordinarias anécdotas, versos taurinos de Samuel Solórzano y los comentarios de Henri Chateau—Lourd. La próxima reunión le toca al autor de esta columna.

Los restaurantes Au Pied de Cochon (París—México, ubicados en los hoteles Presidente InterContinental de Campos Elíseos y Santa Fe, y el renombrado Zéfiro del Claustro Sor Juana, de mi amiga Carmen Beatriz López Portillo Romano, deberían aparecer en la lista de los 50 mejores restaurantes de México. No sabemos ni cómo ni quiénes eligen otros feudos culinarios que dejan mucho qué desear. Por ejemplo, Au Pied de Cochon de Santa Fe cuenta con el mismo menú que su hermano mayor de Polanco, pero la clientela es diferente (políticos y empresarios que trabajan por esa zona; integrantes de una sociedad joven que desea un México democrático, y figuras especiales) y se reúne regularmente en este elegante restaurante de una zona donde mucha gente desea vivir (pero la mayoría no, por su ubicación, y sus problemas de tránsito a las 9 AM, 14 y 18—20 horas, pero cada quien escoge lo que desea para su beneficio. En Au Pied de Cochon (PR, Isabel Aspiazu y M. Espejel) cuentan con la visión de Sergio Villarreal y un equipo integrado por Jesús López Leyva, Ximena Alejandra y Herrera Cueva, entre muchos más, que no olvidan detalles para que “uno se sienta en casa”. Recomiendo entre sus platillos los quesos y los postres (muchos de ellos datan de los barrios centrales de parís entre la zona comercial y Saint—Eustache). Sus fuentes de mariscos tienen mucho éxito, todo lo relacionado al Rincón de la Estufa, especialidades, carnes y pecados. Poseen una de las mejores cavas del país y con varios salones privados. Allí veo regularmente a los doctores Ricardo Washington (oculista) y Joaquín Melo (psiquiatra). Para los que no son tan exigentes gourmets, recomiendo crema de espárrago, salchichón con pistache y un Verrine de Mango, con vinos de Casa Madero. Hace unos días, Lourdes Sosa presentó una colectiva de pintores mexicanos contemporáneos y vendió un cuadro de Rafael Coronel en 15.000 dólares.

Y el Zéfiro, restaurante estrella del Claustro Sor Juana es atendido por alumnos que cursan la carrera de Gastronomía en ese espacio cultural. Y como dice Carmen Beatriz López Portillo: “Donde soplando el Zéfiro; al compás de los pájaros, vierten hermosas lágrimas del Aurora los párpados (vv. 21—24. Los grabados en las mesas son fragmentos de la obra de la poeta Sor Juana Inés de la Cruz. Allí ofrecen tacos de setas, de Zéfiro y de Nopal; quesadillas de la casa, tlacoyos de costillita de res, tacos de pescado al pastor. Y de platos fuertes, manchamanteles de Sor Juana; lengua de res pechuga de pollo en achiote, pulpo al ajillo, chile relleno de verduras y deditos de pollo empanizado. Todo acompañado de vinos nacionales y extranjeros, toda clase de aguas, sumando cervezas artesanales y toda clase de cocteles de la casa y margaritas frappé. Su menú de postres y dulces, a la orden del día. Diego López Farías, Andrés Álvarez (chef pastelero) y Adrián Urbano, apoyados por un gran equipo atienden a la perfección a los extranjeros y mexicanos que acuden al Zéfiro. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!