El anterior Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvo muchos errores. Sin embargo, uno de sus aciertos fue mantener a raya al independentismo catalán, y hacerlo desde el Estado de Derecho porque, por mucho que les pese a los secesionistas, en España existe una democracia plena.

 

Con la ley en la mano, siendo irrestricto Mariano Rajoy, aplicó el artículo 155 de la Constitución Española. Con dicho artículo la gestión de la región catalana pasaba a manos del Gobierno Central, hasta que el agua volviera a su cauce.

 

Mientras tanto la justicia hacía su trabajo. Metió en prisión a la cúpula del antiguo Gobierno catalán al haber promulgado -de manera ilegal y unilateral- la independencia de Cataluña.

 

El goteo de la salida de las empresas catalanas de su región también comenzó a parar. Eso sí, el roto económico ya estaba hecho. Más de cinco mil empresas se marcharon, y no parece probable a la fecha que vuelvan a Cataluña.

 

Cuando Rajoy fue expulsado como Presidente por los desmanes de corrupción que durante años hubo en su partido y entró al poder el socialista Pedro Sánchez, toda la arquitectura contra los separatistas catalanes se resquebrajó. Los socialistas tomaron el poder con la ayuda de los secesionistas de Cataluña y ahora tienen que pagar.

 

Cuando ayer se reunieron en el Palacio de la Moncloa, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Presidente catalán, Quim Torra, cada uno traía su propio guión. Torra dijo que sólo hablaría con el Gobierno de España de cómo y cuándo se proclamaría la Independencia de Cataluña. Por su parte, Sánchez le ofrecía de todo, más dinero, más recursos, más autonomía, más transferencias. Más de todo, menos la independencia.

 

Pero el catalán Quim Torra, a estas alturas del partido, ya no se baja del caballo. Sabe que tiene mucho más que ganar que Sánchez. Al cabo, el Presidente español está en el Palacio de la Moncloa gracias a los sufragios de los separatistas catalanes que fueron los que le votaron para que fuera investido Presidente del Gobierno.

 

Sánchez se encuentra atado de pies y manos. Sabe que la retirada de los apoyos de los catalanes sería dramática para él. Por eso está dispuesto a realizar todas las concesiones que le pidan. Para empezar, ya no hay artículo 155 y los políticos que estaban en las cárceles de Madrid han sido trasladados a penitenciarías catalanas.

 

Pero esto no es más que el primer paso. Vendrán muchos más. Esperemos que en una de éstas, la independencia no se acerque y salpique a una sociedad que se encuentra muy polarizada. Puede ser una cuestión de tiempo.

 

fahl