Si alguien dudaba de que la victoria aplastante de Morena podría significar el regreso al pasado, seguramente hoy tendrá la certeza de que vamos en esa dirección. ¿Por qué?

 

Porque el resultado mismo de la elección, la victoria apabullante del partido Morena, de sus candidatos y, en especial, del que será el nuevo Presidente son lo más parecido al retorno del mítico “carro completo”.

 

Dicho de otro modo, el partido Morena no sólo ganó la Presidencia de la República, la mayoría de los Gobiernos estatales en disputa, el Distrito Federal y dos tercios de las alcaldías capitalinas, sino que tendrá el control total y casi absoluto del Congreso.

 

En otras palabras, queda claro que volvemos a los tiempos del viejo PRI, en donde todo el poder estaba en manos de un solo hombre.

 

¿Y qué riesgos supone ese poder absoluto?

 

1. Queda claro que un valor fundamental en democracia es el equilibrio de poderes. Pero también es cierto que en el gobierno de López Obrador no existirá el contrapeso, ya que Morena, sus aliados y muchos de sus simpatizantes podrán conseguir con facilidad la mayoría calificada en las Cámaras del Congreso.

 

2. El poder absoluto, en manos de un solo hombre, no sólo “corrompe absolutamente”, sino que plantea un peligroso coqueteo con una dictadura. Y no es casual –y por eso el peligro es mayor- que el primer círculo de López Obrador esté integrado por políticos declaradamente admiradores de Nicolás Maduro.

 

3. El poder absoluto también plantea la cancelación absoluta de libertades democráticas fundamentales. Y si tienen dudas, basta mirar a gobiernos absolutistas y declaradamente autoritarios: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

 

4. En todos esos casos la primera libertad cancelada fue la de expresión y luego siguieron todas las demás.

 

5. ¿Quién le va a decir que no a un Presidente que -como en los viejos tiempos- tiene el respaldo de más de 50% de los votantes? Ése es el mayor riesgo, la sumisión mediática, la claudicación del papel central de periodistas intelectuales y críticos, de ejercer la joya de las libertades: la de expresión y la crítica.

 

6. Ya hoy es visible la condescendencia, la sumisión mediática, el acomodo de las voces que eran críticas y hoy aplauden todo lo que antaño criticaron del viejo PRI.

 

7. Pero acaso el mayor peligro sean las purgas a los medios críticos, a los periodistas que cuestionan, a los pocos intelectuales de pensamiento verdaderamente libre.

 

8. ¿Quién va a contener y castigar los linchamientos cibernéticos lanzados por fanáticos, simpatizantes y acomodaticios del nuevo Gobierno -del poder absoluto que se vivirá en el nuevo gobierno-, que ya se han expresado contra periodistas y medios críticos de López Obrador?

 

9. El poder absoluto, en manos de un solo hombre, hoy regresó en el México del siglo XXl a través de las instituciones democráticas.

 

10. Por eso obliga la pregunta: ¿quién impedirá que esas instituciones sean destruidas por su criatura?, ¿viviremos la real dictadura perfecta?

 

Al tiempo.