Como se esperaba, ayer, el Banxico decidió incrementar la tasa de referencia en 25 puntos base para ubicarla en 7.75%, un nivel no visto desde enero de 2009. En aquel momento, dentro de un entorno ligado al problema hipotecario en Estados Unidos que tuvo un efecto mundial, hoy ante el TLCAN y elecciones en México.

La incertidumbre sobre el estatus del TLCAN -que forma parte de la estructura de nuestra economía- mantiene frenada a la inversión directa que tiene un efecto en la generación de empleo y visión de mediano y largo plazos, en especial sectores como el automotriz y el de electrónicos, en donde México posee un claro dominio exportador a la Unión Americana.

También el proceso electoral, que está a menos de 10 días de culminar con la votación, pero con el riesgo no visto desde hace muchos años de darse un cambio en el modelo económico, en donde el libre mercado perderá competitividad y el Estado tendría una mayor participación, además de un claro sesgo a un mayor gasto público en el tiempo para programas sociales. Todo esto pone en duda la inversión futura por parte de inversionistas y hacia adelante el grado de inversión que tanto trabajo ha costado mantener.

Estos dos eventos siguen influyendo en la toma de decisiones en el mercado para demandar dólares, evaluar inversiones en el mercado de dinero más a corto plazo y evitar la inversión a mediano y largo plazos, por el momento, manteniendo una prudencia natural.

Además, se suma al momento global de un dólar que tiende a fortalecerse ante una Fed que seguirá aumentando la tasa de interés y la incertidumbre sobre el riesgo de una guerra comercial originada por Estados Unidos con la idea de forzar al mundo a reducir el déficit comercial, en especial China, México, Japón y Alemania, entre otros a través de la imposición de nuevos aranceles.

Las posiciones en los futuros no comerciales en Chicago muestran un cambio en el sentimiento de los inversionistas. Actualmente dominan posiciones “cortas en pesos y largas en dólares” que hacen sensible el movimiento de la divisa mexicana, por el momento.

El Banxico se preocupa por la volatilidad cambiaria que ya llevó de nuevo a que los precios al productor se ubiquen por arriba del consumidor, en especial afectados por los energéticos en donde la gasolina ha visto incrementos fuertes en el año.

Por todo esto, entre eventos y flujos de los mercados financieros, la divisa nacional tuvo días de estabilidad. Sin embargo, vemos que en cualquier momento se retome el movimiento de alza a presionar la zona de 20.85-21.10, e inclusive a niveles mayores en espera de la votación del 1 de julio. Ojalá haya un voto histórico que al final genere una decisión de franca mayoría en espera de lo mejor para México.

Juan Ángel Espinosa